El año 2023 se ha revelado como un capítulo desafiante en el escenario económico global, marcado por una creciente desigualdad y una serie de amenazas que han complicado la recuperación de los estragos dejados por la pandemia de COVID-19. Según el Banco Mundial, las siguientes son algunas de las destacadas dimensiones de este año:
Desigualdad y Desafíos Multiples: La pandemia, sumada a las amenazas del cambio climático, la fragilidad, los conflictos, la violencia y la inseguridad alimentaria, ha agudizado las disparidades económicas a nivel mundial. Los países más pobres, ya sobreendeudados, enfrentan una escasez de recursos aún mayor, complicando su recuperación.
Pobreza Persistente: A pesar de la disminución de la pobreza extrema en países de ingreso mediano, las naciones más pobres y afectadas por fragilidad, conflictos o violencia no han experimentado una mejora significativa. La persistencia de la pobreza dificulta el logro de objetivos de desarrollo clave.
Deuda Internacional: El Informe sobre la deuda internacional del Banco Mundial destaca que los países en desarrollo gastaron una cifra récord de 443.500 millones de dólares en el servicio de su deuda externa pública en 2022. Los países más pobres, financiados por la Asociación Internacional de Fomento, pagaron 88.900 millones de dólares en costos de servicio de la deuda.
Perspectivas Económicas Globales:Se proyecta que la economía mundial crecerá un 1.7% en 2023 y un 2.7% en 2024, con una desaceleración generalizada del crecimiento. Las perspectivas de crecimiento a largo plazo también experimentan una caída, afectadas por la pandemia de COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania.
Cambio Climático y Migración: El cambio climático amenaza con forzar la migración de 216 millones de personas dentro de sus propios países para 2050. La reducción del rendimiento de cultivos y el estrés hídrico se prevén, destacando la necesidad de inversiones en energías renovables y medidas para reducir emisiones.
En resumen, el 2023 se ha caracterizado como un año de "policrisis", donde la respuesta y gestión de amenazas económicas y climáticas se vuelven cruciales, según el Banco Mundial.