Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol, la principal empresa petrolera de Colombia, se encuentra en medio de un escándalo por la compra de un apartamento a una empresa inmobiliaria vinculada a un reconocido empresario del sector de hidrocarburos. La adquisición, por un valor de 1.800 millones de pesos, ha generado críticas y preocupaciones sobre posibles conflictos de interés.
La revelación, ha despertado la atención de expertos del sector de hidrocarburos y congresistas. Hernán Cadavid, representante a la Cámara por el Centro Democrático, expresó su inquietud sobre las actuaciones de Roa, señalando situaciones anteriores de controversia, incluyendo la gerencia de la campaña Petro y la contratación de su pareja sentimental en entidades estatales.
El apartamento fue adquirido en diciembre de 2022 a una empresa con sede en Islas Vírgenes Británicas, cuyo representante legal es Serafino Iacono, un empresario petrolero vinculado a proyectos con Hocol, filial de Ecopetrol. Aunque Roa aseguró que desconocía la relación con Iacono al momento de la compra y que el memorando de entendimiento con Hocol fue firmado por su antecesor, Felipe Bayón, las críticas persisten.
El representante Cadavid insta a acciones jurídicas inmediatas para establecer un precedente de respeto y ética en el Gobierno Petro. La preocupación se extiende más allá de cuestiones administrativas, ya que podría afectar la reputación de Ecopetrol, una empresa vigilada por entidades de control nacionales e internacionales, al cotizar en la Bolsa de Nueva York.
El escándalo surge en un momento delicado para Ecopetrol, que enfrenta recortes en sus ganancias y recientemente fue noticia por la posibilidad de una asociación con PDVSA, la petrolera venezolana, para la explotación de gas en Venezuela. La idea ha generado críticas debido a los problemas de PDVSA y a la contradicción con la política de no firmar nuevos contratos en Colombia para impulsar la transición energética.
En el tercer trimestre del año, Ecopetrol informó una significativa disminución en sus ganancias, con utilidades netas y ventas en descenso. La empresa también está bajo la lupa debido a la propuesta de asociación con PDVSA y al anuncio de Petro sobre la no firma de nuevos contratos en Colombia.
