La contundente victoria de Donald Trump no solo sorprendió a gran parte de analistas, sino que indujo la necesidad de anticipar cuáles pueden ser los efectos de su gobierno, tanto desde el punto de vista temático (por ejemplo, en materia de seguridad internacional o de acuerdos contra el cambio climático), como desde el regional y nacional.
Para el caso colombiano, deben tenerse en cuenta dos hechos, posiblemente contradictorios, lo que implicaría que los efectos que tenga el país dependerán de la correlación entre ellos, de cuál sea el más fuerte en los próximos años o de cuáles fenómenos adicionales induzcan.
De un lado, debe tenerse claro que Colombia no es ni será prioridad en la política exterior de Estados Unidos. Sí, el país ha sido un aliado de Estados Unidos, pero no es un país determinante en los intereses geoestratégicos internacionales de Washington.
Esto lleva a pensar que, sin importar quién esté en la Casa Blanca, las dinámicas que conocemos hasta ahora no cambiarán mucho.
Del otro, el próximo secretario de Estado será el senador republicano por el estado de la Florida, Marco Rubio. Con solo este hecho, los temas latinoamericanos, en general, y los colombianos, en particular, pueden verse resaltados en el próximo gobierno. No obstante, esta importancia puede no ser positiva para este país. Primero, porque en el fenómeno migratorio Colombia es tanto expulsor, como tránsito. Segundo, por la política complaciente, por decir lo menos, del actual gobierno colombiano en relación con las drogas ilícitas. Tercero, porque Rubio representa una visión de rechazo total a la izquierda latinoamericana que representa, a su vez, el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Y ni hablar de sí costará en los próximos años la desafortunada intervención que hizo el presidente colombiano y algunos de sus funcionarios, como la vicepresidenta Francia Márquez, en política doméstica estadounidense, al haber apoyado clara y abiertamente a la candidata demócrata durante la campaña, así como al haberse referido de manera desobligante al ganador, el presidente Donald Trump.
Más allá de lo anterior, hay tres aspectos sobre los cuales puede haber efectos de la victoria de Trump y sobre los que se ha especulado mucho. A continuación, los miramos en detalle.
Dólar
Se ha discutido mucho si el precio del dólar por pesos colombianos se va a disparar en los próximos meses o si caerá. Desde la elección, ha habido un fortalecimiento de esa moneda, pero no es posible establecer si eso es temporal o de largo plazo. No hay certeza sobre cuáles son las variables específicas que explican los cambios en la tasación de pesos por dólar.
No obstante, existen dos aparentes acuerdos. El primero es que hay una correlación negativa (esto es, mientras una aumenta, la otra disminuye) entre cotización del petróleo y la relación pesos-dólar. Sobre este particular, no es muy claro cuál pueda ser el efecto de una presidencia de Trump. Para comenzar, se puede esperar que Trump no sea un obstáculo a la industria petrolera, pero eso no implica que vaya a incrementarse la producción (lo que podría llevar a una caída en los precios) o una escasez. Por su parte, aún no se sabe cuál será el papel de Trump en los conflictos internacionales que puedan afectar la producción y provisión de petróleo.
Un segundo acuerdo es que la relación pesos-dólar está relacionada con la dinámica económica de los países y, en particular, con sus decisiones de política económica. En este caso, las acciones de Trump pueden incidir, según sus políticas fomenten el crecimiento económico de su país. Sobre esto, tampoco hay claridad. Se espera que ese gobierno elimine regulaciones innecesarias, lo que puede estimular el crecimiento económico. Pero también, si cumple todas sus promesas, se puede profundizar el déficit fiscal y el endeudamiento del gobierno federal, lo que afectaría negativamente la dinámica económica. Por último, si Trump resulta tan proteccionista como se anticipa, esto puede afectar negativamente la dinámica económica de Estados Unidos en el mediano y largo plazo.
Tratado de libre comercio y comercio bilateral
Sobre lo último que mencioné, esta debería ser la preocupación central del gobierno colombiano: las tendencias proteccionistas de Trump. El problema es que el gobierno de Petro las tiene igual o en mayor medida.
Se da por descontado que Trump llegará a imponer restricciones comerciales a China, México y la Unión Europea. No hay razón para pensar que Colombia será una excepción, más si hay alguna relación que, en visión del gobierno estadounidense, sea desfavorable a sectores o industrias de ese país. Esto puede afectar las exportaciones del país. Un caso extremo es que peligre el Tratado de Libre Comercio, si hay una intención de parte de Estados Unidos, como ya la hay en Colombia, de renegociarlo.
Remesas
Un último aspecto es el relacionado con los flujos de recursos que envían los migrantes colombianos cuyo destino sea Estados Unidos. Esto en particular se puede ver afectado si el gobierno de Donald Trump lleva a cabo de manera exitosa su propuesta de expulsión y persecución de los inmigrantes que se encuentran en situación de irregularidad.
El gobierno de Trump traerá cambios. Algunos seguramente serán negativos para Colombia. Esperemos, no obstante, que, en el agregado, los resultados sean positivos y que se siga manteniendo la relación de beneficio mutuo que ha existido por décadas.
