Este jueves 21 de noviembre, la Sociedad Helicópteros Nacionales de Colombia (Helicol) se juega su última carta ante la Superintendencia de Sociedades, que desde mayo pasado emplazó a la compañía a responder por el incumplimiento del acuerdo de reorganización con sus acreedores que data desde hace cinco años.
Todo empezó por una denuncia instaurada por la Sociedad Concesionaria Operadora Aeroportuaria Internacional S.A. (Opain), que a comienzos de abril pasado señaló de un incumplimiento por parte de Helicol relacionado con los servicios de arrendamiento que tiene la empresa aérea en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá y cuyo monto ascendía a la cifra de 793 millones de pesos.
En noviembre del 2023, Helicol se había comprometido de nuevo a llevar a cabo una reorganización administrativa con el fin de cumplir lo pactado con la Supersociedades y establecer un mecanismo de pago de sus acreedores que supera la cifra millonaria de los 59 mil millones de pesos.
Lo más delicado del asunto tiene que ver con el cumplimiento de la normalización del pasivo pensional, especialmente en lo relacionado con lo que se conoce en el mundo de la aviación como personal de aire. Es decir, los pilotos.
Helicol es una compañía emblemática de la aviación en Colombia. Lleva 70 años en el mercado y durante largos años perteneció al Grupo Empresarial Santo Domingo. Posteriormente, en el 2007 fue adquirida por el empresario brasilero Germán Efromovich, quien ya era dueño de la aerolínea Avianca. La transacción se hizo a través de la empresa Valorem, el cordón umbilical de los negocios del Grupo Santo Domingo, que poseía el principal paquete accionario.
Desde entonces, la compañía comenzó a acumular una serie de deudas, especialmente con obligaciones relacionadas con su pasivo pensional, que posteriormente llevó a que se adelantara un proceso de laudo arbitral con Valorem para buscar una salida a la millonaria deuda que se tenía con los empleados pensionados de la compañía.
La situación derivó a que Helicol se acogiera por primera vez a la ley de insolvencia ante la Supersociedades en el año 2019. Las deudas para ese entonces, ascendían a más de 59 mil millones de pesos. Una sola de ellas alcanza los 13 mil millones de pesos y está relacionada con la pensión de quien fuera el piloto del empresario Julio Mario Santo Domingo. Pero no solo es esa deuda que tiene hoy la compañía. En temas fiscales, las acreencias ascienden a cuatro mil millones de pesos; mientras las deudas prendarias superan los siete mil millones de pesos. Con proveedores estratégicos es moroso en más de seis mil quinientos millones de pesos, para solo mencionar algunas de las “culebras” que persiguen a la compañía a lo largo de su etapa en manos de Germán Efromovich.
Helicol está hoy inmersa en un proceso de adquisición por parte de un grupo de empresarios en cabeza de Carlos Londoño, un hombre de negocios que fundó hace 19 años On Vacation. Los inversionistas pretenden sacar a flote a la compañía, lograr cumplir con el acuerdo de reorganización en el que se comprometieron con la Supersociedades y solucionar el tema más delicado de todo este asunto que está relacionado con el cumplimento pensional de los trabajadores.
Una difícil tarea y por la cual la Superintendencia de Sociedades realizará este jueves una audiencia para determinar si Helicol tiene la forma de cumplir sus compromisos adquiridos desde el 2019 o, en su defecto, iniciar un proceso de liquidación de la compañía.
La Supersociedades exige el cumplimiento de la normalización del pasivo pensional; el cumplimiento con los gastos administrativos, es decir, los acreedores; y un tercer elemento asegurar el pago de los aportes al sistema de seguridad social a un importante grupo de pilotos y personal de tierra que laboraron con la compañía
Desde la denuncia de Opain, en abril pasado, se han realizado tres audiencias por parte de la Supersociedades, quien ha dado una serie de plazos a Helicol con el fin de que ordene la casa, muestre los resultados de los acuerdos del 2019 y que tenga el respaldo económico para garantizar el cumplimiento a sus acreedores.
La compañía ha manifestado en reiteradas ocasiones que su proceso de reorganización lo está llevando a cabo y que será mucho más factible el cumplimiento de sus pagos en la medida que el mercado le permita una mayor participación.
No obstante, el tema pensional sigue siendo la situación más delicada que enfrenta Helicol para que ese acuerdo con la Superintendencia se mantenga en el tiempo. El laudo arbitral acordado con Valoren en el 2014 es una de las piedras angulares en este proceso. La compañía señala que en enero pasado Valoren le giró a la Caja de Auxilios y Pensiones (Caxdac) 115 mil millones de pesos para ese cumplimiento de integración del cálculo actuarial de pensionados y beneficiarios del régimen de transición y beneficiarios del sistema general de pensiones, dentro del marco de la reorganización empresarial.
Sin embargo, el grupo de personal de aire ha señalado que no todos los pilotos que han hecho parte de Helicol y que hoy se encuentran en sus procesos pensionales son cobijados por la norma. Un grupo de nueve pilotos continúan su batalla con el fin de que la compañía garantice su pensión de jubilación. Exigen el pago de la seguridad social derivada de los reintegros ordenados por los jueces laborales, con un salario base de cotización, pero que Helicol no reconoce.
Para la audiencia de este jueves ante el superintendente delegado para Procedimientos de Insolvencia, Helicol argumentará que ha realizado una serie de reuniones, tanto con los representantes de Caxdac como los nueve pilotos que reclaman sus derechos pensionales, en las que se ha buscado llegar a acuerdos que permitan garantizar por parte de la compañía el pago pensional.
La suerte de la Helicol está en manos de sus acreedores y de la Supersociedades quien definirá si la empresa tiene cómo cumplir sus compromisos de reorganización y garantizar el pago a sus acreedores. De lo contrario, el ente de control podrá ordenar su liquidación.
