Chanel cerró la gran Semana de la Moda de París presentando su colección Primavera-Verano 2024, en el Grand Palais Éphémère y jamás había sido tan relevante mi tan amado slogan, de slow living, como al escuchar el sonar de la canción Por qué te vas de Jeanette, en lo que fue la última presentación de la maison Chanel en esta temporada.
En la vida nos hemos acostumbrado a que adaptarnos de manera veloz y certera es sinónimo de inteligencia. Sin embargo, cada vez estoy más convencida de que todos buscamos de cualquier manera, escapar de este patrón de velocidades en las que hemos decidido participar de forma consciente. Aferrarnos al arte de revisitar aquello que nos calienta el alma es sinónimo entonces, de sabiduría. Revisitar y analizar es el arduo trabajo de Virginie Viard que junto a los archivos de Mademoiselle nos entrega diversas perspectivas de un tipo de mujer, que hoy simboliza el espíritu de la revolucionaria Coco Chanel.
Un escape cálido y alegre, que suena a música en español y sabe a encuentros de arte y amistades. Considero que Chanel como marca busca cada vez más establecer o quizás conmemorar estas relaciones de excelencia con las singularidades creativas que a través de cada uno de sus crafts, estructuran el panorama del patrimonio cultural. Es por esto que, de manera fluida, la inspiración de la colección nace de una relación de intimidad y amor por el arte.
Los jardines y la arquitectura de la Villa Noailles de Charles y Marie-Laure de Noailles, fueron el recurso inagotable para traer a la luz a esta fugitiva veraniega, que busca momentos de alegría en las flores, las formas y vida tranquila, esa que te permite andar en flip flops de manera despreocupada o terminar en sets de toalla, que sin mucha preocupación forman parte de este ejercicio poderoso de contemplación.
La mujer Chanel ha pasado por muchas etapas. Al morir un director creativo es realmente complejo mantener lo revolucionario de sus ideales a flote ya que sólo ellos podían naturalmente romper sus propias reglas. Sin embargo, me gusta encontrarme con esta idea de mujer Chanel que es ligera y alegre, que usa knitwear, que brilla con la luz del sol, que juega entrelíneas con lo sexy de las transparencias y esta idea de un set de Sofía Coppola que se ve como un atardecer de vestidos cortos con mallas de rayas y zapatos tipo “Mary Jane” que componen el uniforme perfecto de un verano sin pretensiones.
Juventud, libertad y feminidad al 200 % casi —como si fuera extraída de las flores— que de los jardines de la Villa Noailles llegan a decorar las paredes del espacio del desfile, en donde en altas temperaturas caminan eufóricos vestidos geométricos, patchworks (rescatados del legado cubista de esta pareja coleccionista de arte) y total y completa despreocupación de esta mujer que encuentra en la vida pausada, el disfrute de vestirse igual que sus flores.
Rescatar el valor de la ingenuidad y la alegría de la vida nos permite a través de los estimulantes tweeds de colores de Virginie Viard, escapar.
