La importancia de los hábitos alimenticios saludables se destaca desde temprana edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este contexto, el desayuno emerge como una pieza fundamental para mantener una salud cardiovascular óptima, aportando el 20 % de la energía total que el cuerpo necesita, según la Fundación Española del Corazón.
Un estudio en el repositorio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos subraya que aquellos que desayunan poco o nada tienden a seguir una dieta menos saludable, aumentando los factores de riesgo cardiovascular . La acción de desayunar se vuelve casi innegociable para prevenir enfermedades como la aterosclerosis y la gastritis.
Sin embargo, la clave no solo está en desayunar, sino también en el momento en que se realiza. Aunque las opiniones sobre la hora ideal pueden variar, existe una regla básica: mantener un intervalo de ocho horas entre la primera y última comida del día.
También se destaca que los horarios para desayunar son flexibles y dependen del estilo y rutina de cada persona. Los nutricionistas sugieren que, en general, desayunar media hora después de despertar es una práctica saludable.
El horario del también desayuno se vincula al momento del almuerzo. Con este generalmente programado alrededor del mediodía, se aconseja desayunar tres a cuatro horas antes, aproximadamente entre las ocho y nueve de la mañana.
A pesar de estos consejos, se hace énfasis en la importancia de buscar la orientación de un especialista, ya que cada persona tiene necesidades y rutinas únicas. La información compartida destaca principios generales, pero la consulta con expertos es esencial para una orientación personalizada sobre la alimentación y la salud.