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Entre el Ring y el Tribunal: La vida es boxeo, empatar o ganar - Aliados Alternativa

Juan Felipe Criollo es un ejemplo de cómo la disciplina, la pasión y la dedicación pueden llevar a una persona a entender la vida desde dos campos tan distintos como el derecho y el boxeo.

Juan Felipe Criollo / Ring / Tribunal / Boxeo / abogado / Revista Alternativa
Foto; Hansel Vásquez.

En el bullicio de los tribunales colombianos, el nombre de Juan Felipe Criollo resuena con fuerza. Abogado penalista de la Universidad del Rosario, con especializaciones en derecho penal y criminología de la Universidad Externado, y una Maestría en Derecho Penal y Procesal Penal de la Universidad Carlos III de Madrid, Criollo ha recorrido un camino que, aunque puede parecer trazado por su linaje familiar, guarda giros inesperados y una pasión oculta: el boxeo.

Criollo no siempre supo que quería ser abogado. “Yo quería ser actor,” confiesa, recordando su juventud. Sin embargo, su destino parecía escrito en los libros de derecho que poblaban su hogar, bajo la tutela de su padre, un general y abogado que sirvió como jurídico de la Policía durante muchos años. “Al final de mi bachillerato, me encontré eligiendo entre lo que conocía: la vida militar o la del abogado,” recuerda Criollo.

Sus primeros pasos en la Fiscalía General de la Nación, como asistente de fiscal, marcaron el inicio de una carrera en el derecho penal. “Entré con un poco de prevención, convencido de que no me gustaría, pero resultó ser todo lo contrario,” admite. Este período inicial lo preparó para su siguiente desafío: trabajar cinco años con Jaime Lombana, un reconocido abogado en Colombia, a quien recuerda con aprecio y gratitud. “Fue mi primer contacto real con el litigio de alto perfil,” dice, recordando casos significativos que incluyeron figuras políticas y empresariales prominentes.

Tras años de aprendizaje bajo la tutela de Lombana, Criollo decidió abrir su propia firma. “Al principio fue complicado,” reconoce. Los casos eran menores, pero su dedicación y la experiencia adquirida pronto comenzaron a atraer a clientes de renombre. Hoy, su firma maneja una amplia gama de casos, desde temas penales hasta derecho tributario y societario, con un equipo robusto y especializado. Aunque joven, Criollo ya se ha consolidado en las "Grandes Ligas" del derecho colombiano.

Más allá de los tribunales, Criollo encuentra en el boxeo una metáfora de su vida profesional. “El boxeo es un deporte que refleja perfectamente la vida y el derecho,” explica. “Te preparas intensamente para un solo momento, un solo evento, y en el ring, como en el tribunal, tienes que aguantar golpes y saber cuándo lanzar los tuyos.”

El boxeo no es solo una afición; es una pasión que comparte con su familia y amigos, y que incluso ha influido en su enfoque profesional. “Cada caso es una pelea, cada audiencia es un round donde debes dar lo mejor de ti,” afirma. La disciplina y la estrategia que requiere el boxeo se reflejan en su metodología para abordar los casos legales.

Criollo ha logrado equilibrar la juventud y la experiencia de manera admirable. A pesar de su relativa juventud, ha acumulado una vasta experiencia a través de casos de alta complejidad y perfil. “La experiencia no se mide en años, sino en las vivencias,” señala, destacando que su recorrido, aunque corto en tiempo, ha sido intenso y enriquecedor.

Santiago González, un colega que ha tenido la oportunidad de enfrentarse a Criollo en el tribunal, ofrece una visión reveladora sobre su contrincante. Destaca cómo Juan Felipe demuestra una tenacidad implacable y un juego limpio en el ejercicio profesional. González cuenta: “Enfrentarnos jurídicamente me hizo ver que no guarda ningún puño y no escatima en gastos, sino que hace de su estrategia algo muy eficiente y efectivo. De hecho, ese caso lo ganó en un tiempo bastante corto.”

Juan Felipe Criollo es un ejemplo de cómo la disciplina, la pasión y la dedicación pueden llevar a una persona a entender la vida desde dos campos tan distintos como el derecho y el boxeo. Su historia es una prueba de que, ya sea en el ring o en el tribunal, “la vida es como el boxeo, solo se empata y se gana, no hay otra opción.”

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