Mezquita Azul Estambul
El encuentro de dos culturas: asiática y europea. De dos mundos a unos cuantos pasos, pero con culturas tan disímiles. No obstante, las dos se reúnen en un lugar mágico, variopinto.
Estambul, una ciudad que sin sosiego. Repleta de historia y de la cultura Oriental. Que vive en continua transformación. Una de las de mayores tesoros que han sido declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Se ha llamado Bizancio, Constantinopla, Estambul. Siempre en transformación. Como reiventándose cada mañana que despierta repleta de turistas que la han convertido en un destino turístico donde los dólares y los euros rinden como en pocos lugares del mundo por ese tema de la inflación.
Su patrimonio tiene nombre propio: Santa Sofía, el Palacio de Topkapi, la Mezquita Azul. El legado del Imperio otomano y una larga lista de mágicos lugares para recorrer despacio, sin prisa, sin afanes. Esa otra cara de una ciudad moderna, repleta de glamur, buena gastronomía, arte y por supuesto los baños turcos.
En esos recorridos interminables, siempre está a la mano degustar una taza de café turco y tener aliento suficiente para empezar una vertiginosa visita en las entrañas de una ciudad que no para las 24 horas y dividida en dos partes por el estrecho del Bósforo; la mitad en Asia y otra en Europa. Las costumbres de la vida de Oriente que contrastan fuertemente con Occidente.
“Para alejarse del bullicio de la ciudad, está la opción de hacer un crucero por el Bósforo”
Cuando se aterriza en Estambul, uno de los lugares a visitar es Santa Sofía, construida por allá en el año 532, en lo que se conoce como la ribera occidental del Bósforo. Para los conocedores es quizás el lugar más emblemático de la ciudad. Considerada como la máxima obra del arte bizantino, donde sobresale una enorme cúpula, acompañada de sus cuatro minaretes que la convirtieron en una imponente mezquita.
Otro de los lugares a conocer es la Mezquita Azul. Su interior es sorprendente: 21043 azulejos de Iznik a los que suman 260 ventanales, alineados milimétricamente en cinco niveles. El efecto: la magia de la luz que genera una atmósfera única.
Mercado de especias Estambul
Apenas recuperando el aliento, el turista se topa con el palacio de Topkapi, que conforma con los dos anteriores, los lugares que jamás se debe dejar de conocer si su destino es la enigmática Estambul. Se trata de un enorme complejo donde vivieron más de cinco mil personas, cuando los sultanes otomanos gobernaban su imperio hace años luz. Su interior está repleto de riquezas y rodeado de esplendorosos jardines que ofrecen una bella vista hacia el estrecho del Bósforo.
Estambul también ofrece al viajero la posibilidad de adentrase en sus enormes y atiborrados mercados donde se encuentran las bellas alfombras de Oriente lejano, las vajillas para el té o el café turco, y cuanto suvenir se pueda conseguir para tener un recuerdo de esta inolvidable ciudad que hoy es una de las más visitadas después de la pandemia.
Otro de los mercados que vale la pena recorrer es de la Especias, más conocido como Bazar Egipcio de Estambul. Frutos secos, golosinas, hierbas de todas las variedades, café turco, aceites. En fin.
Para alejarse del bullicio de una ciudad que vive sin descanso, está la opción de hacer un crucero por el Bósforo, especialmente en las tardes y divisar esa línea imaginaria que separa a Europa de Asia.
Desde los cómodos cruceros de tarde, se puede apreciar monumentos como la Torre de la Doncella, palacio de Dolmabahce, la mezquita de Ortaköy o simplemente contemplar el cielo que se tiñe de naranja.
Estambul lo espera. Los colombianos no necesitan visa para visitar la bella ciudad turca. Las agencias de viajes ofrecen variedad de planes y hoy la aerolínea Turkish, lo transporta directamente en un viaje lleno de expectativa y con un costo razonable para el bolsillo.
Mezquita Azul Estambul