Si bien este mineral es esencial para la producción de hormonas tiroideas y durante años se ha promovido su consumo, los especialistas prevén que el panorama es distinto a años anteriores y que su ingesta pasó de ser deficiente a excesiva, con probables repercusiones en la salud de los colombianos.
Según UNICEF, en la actualidad el 88 % de los hogares en el mundo usan la sal yodada, un alimento esencial en la nutrición de las personas y cuyo consumo moderado puede ser favorable para la salud. Sin embargo, aún cerca de 2.000 millones de personas están en riesgo de consumir una cantidad deficiente de yodo y alrededor de una tercera parte de la población mundial vive en zonas afectadas por alguna carencia de yodo.
Desde hace décadas, Colombia se adhirió a la normatividad que implementa el consumo de sal yodada, con el propósito de corregir la gran mayoría de desórdenes ocasionados por la deficiencia de este elemento; algunos de los efectos de su consumo insuficiente se ven reflejados en el desarrollo fetal e infantil, en la función cognitiva durante la niñez, trastornos de la tiroides, entre otros. “Como estrategia segura y eficaz para la prevención y el control de los trastornos causados por la carencia de yodo, los organismos nacionales e internacionales de salud recomiendan enriquecer con este mineral toda la sal de calidad alimentaria que se utiliza en los hogares y en la elaboración de los alimentos.
Es oportuno aclarar que, en el caso de Colombia, según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional la población presenta exceso en la ingesta de yodo en el país. Sin lugar a duda, los asuntos relacionados con el exceso o deficiencia de consumo de yodo son un problema de salud pública”, comenta la Dra. Katherine Restrepo, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología Diabetes y Metabolismo.
En Colombia se logró controlar los desórdenes por deficiencia de yodo por las medidas tomadas desde la década de 1950, cuando se inició el programa de suministro de este elemento a la población a través del programa de yodación universal de la sal. Después de continuos altibajos en la implementación, en 1998 Colombia fue finalmente declarado ‘país libre de los desórdenes por deficiencia de yodo’ por diferentes entidades internacionales (UNICEF, OMS/OPS, ICCIDD – hoy IGN o Iodine Global Network). Sin embargo, ahora la mirada de los especialistas se concentra en controlar el consumo excesivo de este elemento en el territorio nacional, pues la normatividad de su consumo es más elevada que en otros países; actualmente es de 50 a 100 ppm – partes por millón - y el recomendado por organismos internacionales es de 20 a 40 ppm – partes por millón.
Con el fin de revisar y tomar medidas frente a la normatividad de consumo de yodo en el país, la Asociación Colombiana de Endocrinología Diabetes y Metabolismo y la Iodine Global Network realizarán el próximo 26 de octubre el Foro ‘Desórdenes asociados con la ingesta de yodo: ¿El exceso de yodo en Colombia nos ha traído consecuencias para la salud?’, un evento que contará con la participación de delegados de estas asociaciones, así como del Ministerio de Salud y Protección Social, de la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud, del INVIMA, del Instituto Nacional de Salud, de la industria de la sal, de especialistas y profesionales de salud de otras asociaciones científicas, entre otros.