La Fiscalía General de la Nación informó en la mañana del viernes 27 de diciembre de 2024 que formalizará la acusación contra Darwin Felipe Beltrán por el delito de homicidio agravado, luego de que este acabara con la vida de sus dos hijos en un hecho ocurrido en el barrio Las Ferias, en la localidad de Engativá, Bogotá. El doble asesinato, que tuvo lugar el 28 de octubre de 2024, fue calificado como filicidio, ya que las víctimas fueron Santi Esteban, de 4 años, y Susan Camila, de 7 años.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, Beltrán ingresó a la vivienda de su expareja y madre de los menores, donde agredió a los niños aprovechando su estado de indefensión. "El hoy procesado ingresó abruptamente al inmueble y agredió a los menores de edad aprovechando su estado de indefensión, motivado por los celos que le generó ver a su pareja caminar acompañada hacia su lugar de residencia", indicó la Fiscalía en el comunicado emitido.
Las necropsias realizadas a los cuerpos de los menores confirmaron que ambos fueron asesinados con golpes y puñaladas. La reacción de la comunidad ante el crimen fue inmediata, y los residentes del sector intentaron linchar a Beltrán. Sin embargo, la intervención de la Policía evitó que el agresor fuera agredido por los vecinos, quienes, impulsados por la ira, intentaron hacer justicia por mano propia.
Por este hecho, la Fiscalía ha acusado a Beltrán "como posible responsable del delito de homicidio agravado". La audiencia pública en la que se evaluará su situación jurídica se celebrará el 17 de enero de 2025 ante un juez penal de conocimiento de Bogotá.
El caso ha reavivado el dolor de la madre de las víctimas, Paola Ramírez, quien en días recientes compartió detalles desgarradores sobre el impacto que este crimen ha tenido en su vida. En una entrevista con el pódcast Más Allá del Silencio, Ramírez relató cómo la llamada de Beltrán desde prisión el 13 de diciembre, justo el día en que su hija mayor, Susan Camila, habría cumplido 8 años, reabrió las heridas de la tragedia.
Durante la conversación, Ramírez recordó con dolor cómo su hija Susan esperaba con ilusión su cumpleaños. "Susan tenía mucha ilusión con sus cumpleaños, se paraba al frente del almanaque y ella contaba los días, me preguntaba si faltaba mucho para sus cumpleaños", relató la madre, quien recordó que, a pesar de la tragedia, celebró los cumpleaños de sus hijos.
El momento más difícil para la madre ocurrió en el cementerio, cuando visitaba las tumbas de sus hijos el mismo día que Susan habría cumplido sus 8 años. En medio de esta visita, recibió la llamada de Beltrán desde la cárcel. Aunque no se revelaron detalles de la conversación, el hecho generó un impacto emocional profundo en Ramírez.
Ramírez también recordó cómo, antes del crimen, su expareja había mostrado signos de trastorno y celos. "Cuando él me dice ‘váyase que usted me altera’, yo dije ‘es el momento perfecto para llamar la ambulancia’", relató Paola, quien había intentado buscar ayuda médica para Beltrán tras percatarse de su comportamiento extraño. La intervención de un compañero de trabajo de Beltrán marcó los últimos momentos previos al crimen, aunque aún persisten varias incógnitas sobre lo sucedido en esa jornada trágica.
