American Airlines suspendió este martes 24 de diciembre sus vuelos dentro de Estados Unidos, durante poco tiempo, debido a un problema técnico no detallado. La medida generó una interrupción masiva en los planes de viaje de miles de personas, muchas de ellas con itinerarios programados para la víspera de Navidad. Un aviso emitido por la aerolínea y confirmado por la Administración Federal de Aviación (FAA) detalló que la decisión fue tomada a nivel nacional.
Afortunadamente ya retomaron operaciones.
La falta de explicaciones por parte de la compañía provocó reacciones en redes sociales, donde los pasajeros expresaron su frustración por la falta de información y el retraso en las respuestas. Las interacciones de la aerolínea en redes como X, Bluesky y Facebook no incluyeron un comunicado oficial.
El incidente también impactó el desempeño financiero de la compañía, ya que sus acciones registraron una caída del 3,8 % en los mercados previos a la apertura. Según la FAA, la aerolínea solicitó formalmente una parada en tierra nacional, aunque no se especificaron detalles sobre la causa técnica del problema.
Este evento ocurrió meses después de interrupciones tecnológicas globales que afectaron a diversas aerolíneas, vinculadas a plataformas de servicios en la nube como Azure de Microsoft y sistemas de seguridad como CrowdStrike. Aunque no se ha establecido relación directa entre estos casos y el actual fallo de American Airlines, los antecedentes elevan la preocupación por la vulnerabilidad tecnológica en el sector aéreo.
En años recientes, fallos tecnológicos han generado serias consecuencias en la industria. En 2022, Southwest Airlines sufrió un colapso en su sistema durante las festividades, cancelando casi 17,000 vuelos y afectando a millones de pasajeros. Este incidente derivó en una sanción histórica de 140 millones de dólares por parte de las autoridades.