La situación política en Bolivia ha entrado en un estado de incertidumbre este miércoles, cuando se reportaron movimientos de vehículos militares y personal armado en las proximidades del Palacio de la Paz en La Paz. Testigos y medios locales han compartido imágenes que muestran la presencia de tanques y militares fuertemente armados alrededor del centro de la capital boliviana.
El presidente Luis Alberto Arce reaccionó rápidamente a los eventos, expresando su preocupación a través de su cuenta oficial en la plataforma X. En su mensaje, Arce declaró: "Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse". Esta declaración pública del mandatario subraya la gravedad con la que el gobierno percibe estos movimientos militares y sugiere una posible amenaza a la institucionalidad democrática del país.
Por su parte, el expresidente Evo Morales también se pronunció sobre la situación, utilizando un lenguaje más directo y alarmante. Morales escribió en sus redes sociales: "Se gesta el Golpe de Estado. En este momento se despliega personal de las Fuerzas Armadas y tanquetas en la Plaza Murillo".
El contexto de estos acontecimientos se vuelve aún más complejo considerando la reciente destitución del comandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga. Esta decisión, tomada la noche del martes, se produjo después de que Zúñiga realizara declaraciones amenazantes contra el expresidente Evo Morales, afirmando que Morales "no puede ser más presidente de este país".
La remoción de Zúñiga de su cargo, seguida por estos movimientos militares inusuales, ha generado interrogantes sobre posibles divisiones dentro de las fuerzas armadas y su relación con el liderazgo político del país.