La Policía Federal de Brasil detuvo a cuatro militares vinculados a la seguridad de la cumbre del G20 en Rio de Janeiro por su presunta participación en un plan para asesinar al entonces presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva en 2022. Las detenciones ocurrieron mientras cumplían funciones en la cumbre, según fuentes policiales, y también se arrestó a un agente policial.
Los detenidos son sospechosos de planificar un supuesto "golpe de Estado" con el objetivo de impedir la toma de posesión de Lula. El plan, identificado como "Puñal Verde y Amarillo", pretendía ejecutarse el 15 de diciembre de 2022, e incluía el asesinato del vicepresidente electo Geraldo Alckmin y un magistrado de la corte suprema, de acuerdo con un comunicado de la Policía Federal.
La investigación reveló que los implicados contaban con formación en Fuerzas Especiales y planeaban utilizar "técnicas operacionales militares avanzadas". Además, se proyectaba la creación de un "gabinete de crisis" liderado por ellos mismos, lo que muestra la complejidad de la supuesta conspiración.
Los cargos que enfrentarían los sospechosos incluyen la abolición violenta del Estado de derecho, organización criminal y tentativa de golpe de Estado. La gravedad de los hechos señalados subraya los riesgos que enfrentó la transición de poder en Brasil tras las elecciones de 2022.
La cumbre del G20 se lleva a cabo en medio de estrictas medidas de seguridad, y las detenciones han generado un mayor escrutinio sobre la integridad de las operaciones y los riesgos que implicaron los eventos de la transición presidencial.