POR: Rainer Zitelmann
Historiador económico y analista político Especial para Revista Alternativa
El popular “peluca” obtuvo el 55,95 % de los votos, frente al 44,30 % de su rival de izquierda, el ministro de Economía Sergio Massa. Es la primera vez que un autodenominado “anarcocapitalista” es elegido presidente de un país, aunque las opiniones de Milei tienen mucho en común con las de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, quienes implementaron programas basados en recortes de impuestos, privatización y desregulación, en aras de reformar, respectivamente, los Estados Unidos y el Reino Unido, en los años 80.
Para mí, la victoria electoral de Milei no fue una sorpresa. He estudiado el movimiento liberal-libertario en 30 países durante los últimos dos años, pero nunca me había topado con uno tan fuerte como el de la Argentina. La primera vez que oí hablar de Milei fue cuando explicó en una entrevista en un periódico que estaba leyendo la edición en español de mi libro El capitalismo no es el problema, es la solución. El año pasado estuve en la nación albiceleste y hablé con representantes de dicho movimiento. Normalmente, cuando un país atraviesa una crisis grave, un considerable número de personas tiende a gravitar hacia la extrema izquierda o hacia la extrema derecha del espectro político; no obstante, en Argentina, los liberales clásicos y los libertarios constituyen faros de esperanza, especialmente para los más jóvenes. Entre los votantes menores de 30 años, una mayoría se decantó por Milei en la primera vuelta, donde solo logró el 30 % de los votos.
Las elecciones se celebraron en el contexto de una dramática crisis económica y una tasa de inflación superior al 100 %, una de las más altas del mundo. Argentina ha sido atropellada por los estatistas durante décadas, y ahora es uno de los países económicamente menos libres del planeta. En el Índice de Libertad Económica 2023 de The Heritage Foundation, Argentina ocupa el puesto 144 entre 176 países, e incluso en Latinoamérica, solamente unos pocos países (principalmente Venezuela) son menos libres económicamente que éste. A modo de comparación: Chile, aunque su posición ha empeorado desde que Gabriel Boric llegó al poder en marzo de 2022, sigue siendo el 22 país económicamente más libre del mundo, y Uruguay el 27 (los Estados Unidos el 25).
No obstante, en lo que respecta a la opinión popular en Argentina, muchos simplemente están hartos del peronismo de izquierda y se están alejando del estatismo que ha dominado su país durante décadas. En una encuesta que realicé el año pasado, Argentina estaba entre el grupo de países en los que la gente apoyaba más la economía de mercado. Del 12 al 20 de abril de 2022, encargué al Instituto de Investigación de Opinión Ipsos que encuestara a una muestra representativa de 1.000 argentinos sobre sus actitudes hacia la economía de mercado y el capitalismo. La encuesta también se realizó en otros 34 países de Europa, Asia, los Estados Unidos por supuesto, África y América Latina. El resultado: únicamente en cinco de 34 países (Polonia, los Estados Unidos, República Checa, Corea del Sur y Japón) existe un apoyo aún mayor a la economía de mercado.
Esto explica por qué un admirador declarado del capitalismo como Javier Milei, profesor de economía y seguidor de la Escuela Austriaca, ganó las elecciones presidenciales. Milei entró en campaña electoral pidiendo la abolición del Banco Central de la Argentina e invocando libre competencia entre monedas, lo que seguramente llevará a que el dólar estadounidense se convierta en el medio de pago más popular. También defiende la privatización de las empresas estatales, la eliminación de numerosos subsidios, la reducción de los impuestos o la anulación del 90 % de estos, así como reformas radicales de la legislación laboral.
Resultará interesante ver si los argentinos tienen suficiente paciencia para las urgentes reformas que Milei ha anunciado. Después de todo, dondequiera que se hayan implementado alternativas similares, la situación inicialmente se ha deteriorado antes de mejorar mucho. Esto se debe a que, problemas que antes estaban parcialmente escondidos (como el “desempleo oculto”) de repente se vuelven evidentes. Tal fue el caso de las reformas de Margaret Thatcher en el Reino Unido, las de Ronald Reagan en los Estados Unidos y las de Leszek Balcerowicz en Polonia: los tres admiraban a los mismos economistas que Milei tiene en gran estima, como Friedrich August von Hayek y Ludwig von Mises. Las reformas de estos tres políticos en sus respectivas naciones, mejoraron dramáticamente la vida de la ciudadanía, pero solo después de que las condiciones inicialmente empeoraron. Es de esperar que la Argentina, que ha sido tan mal administrada durante los últimos 100 años, pueda comenzar de nuevo cómo lo merece.