Desde este lunes, la sección de visas de la Embajada de Estados Unidos en Colombia dejará de operar, tras la decisión del gobierno colombiano de no aceptar aviones con migrantes deportados. Esta medida se produce después de que Washington advirtiera sobre posibles represalias contra los países que rechazaran vuelos de repatriación.
La negativa del gobierno colombiano fue confirmada por el presidente Gustavo Petro, quien en un mensaje en su cuenta de X expresó: “Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio. EE.UU. debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros”.
En respuesta a la decisión de la Embajada, Petro destacó que en Colombia hay más de 15,000 estadounidenses en situación irregular y sugirió que se acerquen a los servicios migratorios para regularizarse. Además, advirtió que la falta de regularización migratoria podría aumentar las actividades ilegales y comparó la situación con las consecuencias del bloqueo de EE.UU. a Venezuela.
Laura Sarabia, la nueva canciller de Colombia, afirmó que el gobierno está dispuesto a dialogar con Estados Unidos para revisar y fortalecer los protocolos relacionados con la repatriación de migrantes. Sin embargo, reiteró el enfoque de dignidad y derechos humanos en el trato a los migrantes.
A nivel regional, la postura de Colombia encuentra eco en otros países como México, que también ha rechazado el aterrizaje de aviones con deportados. Brasil, aunque ha aceptado vuelos de repatriación, denunció “tratos inhumanos” hacia sus ciudadanos durante un reciente vuelo que trasladó a 88 nacionales.