Una veintena de familiares de los 105 rehenes que siguen a manos de Hamás en la Franja de Gaza cortaron este martes con carteles y bengalas de mano la autopista Ayalon en Tel Aviv para demandar un acuerdo de liberación al Gobierno israelí.
La principal pancarta que portaban los manifestantes decía "No hay un acuerdo abandonado. Hay abandono", en alusión a lo que muchos israelíes consideran una falta de voluntad del primer ministro Benjamín Netanyahu.
También portaban imágenes de algunos de los seis rehenes cuyos cuerpos sin vida fueron recuperados el pasado 20 de agosto de un túnel en Jan Yunis, sur de Gaza, todos con herida de bala, según las autopsias.
El pasado día 25, sin ningún avance, concluyó en El Cairo una nueva ronda de negociaciones, con representantes de los países mediadores Catar, EE.UU. y Egipto, y delegaciones de Israel y del grupo islámico Hamás, que volvieron a chocar en los mismos escollos.
Pero el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró este lunes que hay grupos de trabajo que siguen negociando en El Cairo un alto el fuego y que las conversaciones entre los mediadores están ahora más centradas en los detalles del plan de cese de las hostilidades.
Netanyahu insiste en mantener de forma permanente a tropas apostadas en el corredor de Filadelfia, en la frontera sur de Gaza con Egipto, y en el corredor de Netzarim, que divide la Franja de Gaza por la mitad. Hamás se opone a estas nuevas demandas, y exige la retirada total de las tropas y el fin definitivo de la guerra.
En una Gaza irreconocible, más de 40.400 palestinos han muerto y alrededor de 93.500 han resultado heridos, según el recuento hecho en los hospitales, mientras que se propagan enfermedades por hacinamiento, falta de agua potable e ausencia de higiene en los campamentos de desplazados.