La muerte de Liam Payne, ocurrida el 16 de octubre en Buenos Aires, ha llevado a la imputación de tres sospechosos por presunto abandono de persona seguido de muerte y suministro de estupefacientes. Payne falleció al caer desde el tercer piso de un hotel en la capital argentina, mientras se encontraba acompañado.
La investigación ha revelado que el día de su fallecimiento, Payne habría sido víctima de conductas ilícitas que incluyeron la facilitación y suministro de sustancias como cocaína y antidepresivos por parte de los sospechosos. Los hallazgos forman parte de un proceso en curso por parte de las autoridades judiciales.
Los resultados de los estudios toxicológicos realizados por la fiscalía indicaron que en las últimas 72 horas previas a su muerte, Payne tenía rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado en su organismo. Esto se suma a las pruebas recabadas para esclarecer las circunstancias que rodearon su fallecimiento.
La investigación determinó que Payne no estaba en plena consciencia al momento de su caída, posiblemente debido al consumo de sustancias que habrían afectado su estado mental. El informe forense señaló que la causa de su muerte fue producto de “múltiples traumas” y una “hemorragia interna y externa” tras el impacto.
Entre los acusados figura un acompañante de Payne durante su estadía en Buenos Aires, un empleado del hotel Palermo donde ocurrió el incidente y una persona identificada como "proveedor de estupefacientes". Las autoridades continúan con las indagaciones para determinar la responsabilidad de cada uno de ellos.