EUROPA PRESS
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió este miércoles un «alto al fuego incondicional e inmediato» en Etiopía, a la par que ha puesto a Colombia como «ejemplo» a seguir en relación a los acuerdos de paz firmados hace cinco años entre el Gobierno y la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Guterres ha visitado Colombia en el marco de la celebración de los cinco años desde que se firmó el acuerdo de paz para comprobar de primera mano la situación en el país y, en concreto, en las zonas más conflictivas.
«El proceso de paz de Colombia me inspira a hacer hoy un llamado urgente a los protagonistas del conflicto en Etiopía a un alto al fuego incondicional e inmediato para salvar el país, permitir un diálogo entre los etíopes, solucionar la crisis y permitir que Etiopía vuelva a contribuir a la estabilidad de la región», aseveró Guterres durante una rueda de prensa.
En territorio colombiano y junto al presidente del país, Iván Duque, el mandatario de Naciones Unidas trasladó su deseo de que Colombia «fuera el ejemplo seguido por los líderes de Etiopía».
AYUDA HUMANITARIA EN TIGRAY
Por su parte, el portavoz adjunto de la Secretaría General de la ONU Farhan Haq informó este miércoles que casi 40 camiones con suministros humanitarios iniciaron este martes su viaje hacia la región etíope de Tigray.
«Este es el primer convoy desde el 18 de octubre (…) Dado que la situación humanitaria en Tigray continúa deteriorándose, es fundamental que se establezca un flujo regular de ayuda humanitaria a la región», ha explicado Haq.
Sin embargo, desde Naciones Unidas reiteraron que «se necesitan 500 camiones de suministros humanitarios por semana», a la par que celebraron que el Servicio Aéreo Humanitario de la ONU haya reanudado los vuelos hacia la ciudad de Mekelle, tras más de un mes desde su suspensión el 22 de octubre.
«Los socios humanitarios continúan respondiendo a las necesidades urgentes y crecientes en el norte de Etiopía, incluso en (las regiones de) Amhara y Afar, a pesar de lo que sigue siendo un entorno operativo extremadamente desafiante», ha zanjado Haq.
El conflicto en Etiopía comenzó el 4 de noviembre de 2020 cuando el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en Mekelle tras meses de tensiones entre el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas –entre ellas Tigray– por la inseguridad.
Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país.