El incendio que comenzó el pasado miércoles en el condado de Ventura, al norte de Los Ángeles, ha arrasado con aproximadamente 12.000 hectáreas en un día, causando daños significativos y forzando la evacuación de más de 10.000 personas. Las llamas han afectado varias comunidades y la amenaza continúa.
El servicio de bomberos del estado de California informó que el fuego sigue activo en el noreste del área afectada, avanzando hacia el río Santa Clara. Las autoridades esperan que las condiciones de bandera roja, que dificultan el control del incendio, persistan hasta el viernes 8 de noviembre.
El gobernador de California, Gavin Newsom, señaló que el avance de las llamas representa un peligro para unas 3.500 viviendas, estructuras y negocios. Newsom destacó que se han movilizado recursos estatales para proteger las comunidades en riesgo y advirtió sobre la rapidez con la que el fuego se está propagando.
A pesar de que el Servicio Nacional de Meteorología pronostica una disminución de los vientos por la tarde, el incendio sigue avanzando sin control. Los fuertes vientos del sur de California han sido un factor determinante en la propagación del fuego, lo que complica los esfuerzos de contención.
Por ahora, las causas que originaron el incendio permanecen desconocidas. Las autoridades continúan investigando el origen del fuego mientras trabajan para contenerlo y minimizar su impacto en las comunidades afectadas.