Las autoridades de Japón han elevado este martes a 202 el balance oficial de víctimas mortales por el terremoto de magnitud 7,6 en la escala de Richter que el día de Año Nuevo provocó fuertes temblores en la zona oeste del país, según un nuevo balance que rebaja a 102 la cifra de desaparecidos.
Unas 28.000 personas continúan aún en centros para evacuados en la prefectura de Ishikawa, la más afectada por los temblores, mientras que al menos 3.300, principalmente en la localidad de Wajima y en áreas adyacentes, permanecen aisladas por los daños en las infraestructuras, a los que se ha sumado en los últimos días una intensa nevada.
El Gobierno de Fumio Kishida ha aprobado este martes destinar 4.740 millones de yenes (unos 30 millones de euros) de los fondos de reserva para ayudar a los damnificados por el seísmo y prevé revisar también el borrador presupuestario del próximo ejercicio fiscal, que comienza en abril, para sufragar gastos de reconstrucción.
La vuelta a las clases se ha aplazado en las áreas más afectadas, donde se siguen efectuando labores de rastreo. El ministro de Defensa, Minoru Kihara, ha indicado que unos 6.300 efectivos participan en estos trabajos de búsqueda y rescate, según la agencia de noticias Kiodo.
Aunque ha pasado ya más de una semana desde el primer gran temblor, la Agencia Meteorológica de Japón ha instado a la población a no bajar la guardia, ya que considera que aún pueden producirse réplicas potentes.
Este mismo martes, se ha registrado un terremoto de magnitud 6 frente a la costa oeste, a unas decenas de kilómetros de la localidad de Sado, según el citado instituto, que no ha declarado la alerta de tsunami.