Desde finales del S XIX las mujeres en el continente americano comenzarona abogar por sus derechos, por el derecho a la educación, a la autonomía económica y muy especialmente al derecho a la participación en la vida pública como ciudadanas que podían elegir y ser elegidas.
La lucha de las mujeres por sus derechos ha sido larga y lenta. En el siglo XX, uno de los avances más significativos fue la obtención del derecho al voto para las mujeres. El Canadá fue pionero al otorgar el derecho al voto en 1919 y un año más tarde los Estados Unidos, en la región latinoamericana el pionero fue Ecuador (1929), Brasil (1932), Uruguay (1932), y México (1953), Colombia (1957), permitiendo la participación política femenina y sentando las bases para una mayor igualdad de género.
El siglo XX fue testigo de importantes avances en los derechos de las mujeres en el continente Americano de Canadá hasta la Argentina, el sufragio femenino, el reconocimiento de los derechos laborales y económicos, el derechos a la educación, los derechos sexuales y reproductivos, la legislación contra la violencia de género son cambios que reconocen la creciente contribución de las mujeres en el mundo tanto Económico y social de nuestros países. Sin embargo, el siglo XXI presenta desafíos persistentes y nuevos, incluyendo la violencia de género, la desigualdad económica y política, y los derechos reproductivos.
La lucha por la igualdad de género continúa siendo una prioridad crucial para lograr sociedades más justas y equitativas y un asunto que a veces pasa desapercibido es que desde que las mujeres en el continente americano obtuvieron el derecho al voto han pasado entre 104 y 70 años y a pesar de este avance tan significativo en materia de derechos políticos, la presencia de las mujeres como Jefe de Estado ha sido MUY limitada.
En 1990 Violeta Chamorro en Nicaragua, quien había estado sumida en una prolongada guerra civil durante la década de los 80- fue elegida Presidenta como candidata de la Unión Nacional Opositora- marcando un hito en el continente americano: la primera mujer Presidenta.
Kim Campbell - Canadá 1993
Mireya Moscoso - Panamá 1999-2004
Michelle Bachelet - Chile 2006-2010/2014-2018
Kamla Persad - Bissesar -Trinidad y Tobago 2010-2015 Laura Chinchilla -2010-2014
Cristina Fernández de Kirchner -Argentina - 2007-2011/2011-2015 Dilma Roussef - Brasil 2011-2015/2015-2016 (destituida)
Isabel Perón (1974) y Jeanine Añez si bien engrosan este listado como Jefes de Estado - no fueron elegidas por voto popular.
Si bien se ha dado un aumento gradual de mujeres que han alcanzado la presidencia de sus países, aún estamos lejos de superar la sobre representación masculina en los escenarios políticos.
Desde el siglo XIX en México mujeres como Leona Vicario,Josefa Ortiz iniciaron la lucha por el derecho a la participación en la vida pública para las mujeres mexicanas, en 1953 obtiene el derecho al voto - cuatro años antes que en Colombia-, en los años 60 y 70s el feminismo mexicano ejerce una fuerte influencia en la región latinoamericana en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos y la eliminación de la violencia contra las mujeres. Estos hitos y logros tendrán su máxima exposición en las próximas elecciones presidenciales.
En menos de 8 días México elegirá PRESIDENTA, este es un hecho significativo que no podemos dejar pasar desapercibido, no solo se define la sucesión de Andrés Manuel López Obrador sino que será la primera mujer que presidirá los destinos de México.
Esta elección y la campaña presidencial que se ha desarrollado en México es un hito sin precedentes en la región al haberse dado una competencia cerrada entre dos mujeres con trayectorias diferentes en lo político y en su visión de país: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Claudia Sheinbaum ,Física, con doctorado en Ingeniería energética, académica e investigadora , ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, ha sido desde siempre una firme defensora de los derechos de las mujeres y se identifica claramente como feminista - tuve la oportunidad de conocerla en mi calidad de embajadora de Colombia en Mexico y de conocer en primer plano sus proyectos destinados a mejorar el bienestar y la seguridad de las mujeres. Sheinbaum miembro fundadora de Movimiento de Regeneración Nacional -MORENA - es vista como la continuadora del proyecto del actual presidente Andrés Manuel López Obrador con una agenda progresista y de izquierda, enfocada en la continuidad de las políticas de la Cuarta Transformación (4T), que buscan la justicia social, la reducción de la pobreza y la lucha contra la corrupción.
Xóchitl Gálvez Ingeniera y empresaria, tiene por parte de madre ascendencia otomí que ha sido eje en su desarrollo político como comisionada para el desarrollo de los pueblos indígenas. Gálvez representa la Coalición Frente Amplio por México, que incluye al Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Se posiciona como una candidata de centro-derecha, enfocada en la innovación tecnológica, la transparencia y la rendición de cuentas, y un enfoque más empresarial en la economía. Su candidatura apela a la modernización y a la oposición a las políticas de López Obrador.
La próxima presidenta de México tiene claros desafíos que enfrentar, tanto generales como específicos en relación a la condición de las mujeres en el país. Este es un asunto de la mayor significación. Si una mujer en su calidad de Presidenta no logra colocar en el primer lugar de la agenda pública la igualdad entre hombres y mujeres, se perderá una oportunidad de oro.
¿Cuáles son los desafíos que aún enfrentan las mujeres en México?
Combatir a la Violencia de Género, reducir los índices de feminicidios y garantizar que estos crímenes sean investigados y castigados adecuadamente. Promover el empoderamiento económico de las mujeres a través de programas de apoyo al emprendimiento y la capacitación laboral. Garantizar el acceso igualitario a la educación para niñas y mujeres, y fomentar la educación en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
La nueva presidenta necesitará un fuerte compromiso y estrategias innovadoras para abordar estos problemas de manera efectiva. El amable lector de esta columna de opinión, quizás se pregunte porqué tanto énfasis en el tema de la mujer, la respuesta es bien simple: Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023, las mujeres representan aproximadamente el 51.2% (64.5 millones) de la población total de México que asciende a 123 millones de habitantes. En Latinoamérica, según la CEPAL, las mujeres son aproximadamente el 50.8% de la población total. Estos números manifiestan la importancia que en los planes de desarrollo de nuestros países la agenda de política pública por la igualdad de las mujeres sea diseñada para abordar directamente las desigualdades mediante intervenciones específicas que aborden las barreras y desafíos que enfrentan las mujeres.
Claudia Sheinbaumha manifestado en diversas ocasiones su compromiso con la igualdad de género y ha propuesto políticas públicas específicas para abordar esta cuestión. Ha subrayado la necesidad de transformar las estructuras sociales y económicas que perpetúan la desigualdad de género. Sheinbaum ha enfatizado que la igualdad de género no es solo una cuestión de justicia social, sino también un pilar fundamental para el desarrollo y el progreso de la sociedad
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Xóchitl Gálvezha manifestado un fuerte compromiso con la igualdad de género y ha delineado diversas propuestas enfocadas en mejorar la situación de las mujeres en México.
Combatir la violencia contra las mujeres y el empoderamiento económico con la creación de programas para fomentar el emprendimiento femenino y facilitar el acceso a financiamiento y microcréditos para mujeres empresarias. Dada su ascendencia indígena, Gálvez ha mostrado un especial interés en promover la inclusión social y económica de las mujeres indígenas. Esto incluye programas específicos para mejorar sus condiciones de vida y oportunidades de desarrollo.
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han demostrado en sus discursos de campaña un compromiso real con los Derechos de las Mujeres. Ambas mujeres son líderes comprometidas con la mejora de los derechos de las mujeres en México, y aunque sus enfoques puedan diferir debido a sus antecedentes y experiencias, comparten un compromiso común hacia la igualdad de género y la lucha contra la violencia y la discriminación.
A medida que se acercan las elecciones, las encuestas muestran un panorama competitivo, Claudia Sheinbaum ha mantenido una fuerte presencia y popularidad
, ha liderado varias encuestas, reflejando una base sólida entre los votantes que apoyan la continuidad de las políticas de la 4T. Xóchitl Gálvez ha ganado terreno significativo, atrayendo a votantes que buscan un cambio respecto a la administración actual. Su enfoque en la innovación y la transparencia ha resonado con sectores empresariales y clases medias urbanas.
La elección entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez representa una elección clara entre la continuidad de un proyecto progresista y un cambio hacia una visión más tecnocrática y de centro-derecha. La decisión de los votantes reflejará sus preferencias por la dirección futura de México en términos de políticas económicas, sociales y de seguridad.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en México el 2 de junio de 2024, las encuestas recientes indican que Claudia Sheinbaum, quien representa al partido gobernante MORENA, mantiene una ventaja significativa sobre Xóchitl Gálvez, la candidata de la coalición opositora Frente Amplio. La brecha entre las dos candidatas ha sido relativamente consistente, aunque ambas han visto aumentos leves en su apoyo en los últimos meses.
Como observadora política he seguido con entusiasmo esta campaña política y veo como latinoamericana una luz de esperanza para el avance de la participación política de las mujeres, que México el 2 de junio elija a una mujer como Presidenta.
La verdadera transformación de la región llegará cuando más mujeres sean elegidas como jefes de estado. El liderazgo de mujeres en otros países ha demostrado tener un efecto positivo en la reducción de estereotipos de género y la promoción de una cultura de respeto e igualdad.