El presidente argentino, Javier Milei, sorprendió al país al firmar cuatro decretos el último día hábil de 2023, desencadenando una renovación sin precedentes en las Fuerzas Armadas argentinas. Esta acción incluyó la purga de altos mandos militares, siendo la mayor desde 2003, cuando Néstor Kirchner retiró a 19 generales.
La medida afectó principalmente al Ejército, donde 23 de los 55 generales activos fueron pasados a retiro. En la Marina, 7 de 26 almirantes fueron dados de baja, y en la Fuerza Aérea, 5 de 17 brigadieres fueron retirados. Los decretos, aunque firmados el 30 de diciembre, solo fueron revelados el 2 de enero.
Carlos Alberto Presti, general de Brigada, fue nombrado al frente del Ejército tras la renovación. Este cambio en la alta cúpula militar se suma al retiro voluntario del jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Juan Martín Paleo, quien fue reemplazado por el brigadier general Xavier Isaac.
La renovación también incluye el retiro de generales que eran considerados cercanos al gobierno anterior. Milei pretende llevar a cabo una auditoría de recursos y funciones en las Fuerzas Armadas, en consonancia con la política de austeridad en el gasto implementada desde el inicio de su gobierno.
El nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, ahora tiene el control de las Fuerzas Armadas, con el brigadier mayor Fernando Luis Mengo al frente de la Fuerza Aérea y el contralmirante Carlos María Allievi como nuevo jefe de la Armada.
Aunque estas decisiones representan la mayor renovación en las Fuerzas Armadas desde 2003, han generado malestar entre los militares y críticas mixtas en la prensa argentina. Algunos argumentan que se está perdiendo experiencia y conocimientos acumulados, mientras que otros ven la movida como una necesaria renovación integral. La prensa sugiere influencias detrás de esta drástica decisión, mencionando a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el brigadier retirado Jorge Antelo como posibles impulsores.