El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, disolvió el parlamento el viernes 27 de diciembre y convocó elecciones anticipadas para el 23 de febrero. La decisión se produjo luego del colapso de la coalición tripartita encabezada por el canciller Olaf Scholz, quien perdió un voto de confianza el pasado 16 de diciembre.
El gobierno de Scholz quedó en minoría después de que su coalición se desintegró el 6 de noviembre. La ruptura fue provocada por el cese de su ministro de Finanzas tras una disputa sobre cómo revitalizar la economía alemana, que enfrenta un estancamiento prolongado.
Los principales líderes políticos coincidieron en la necesidad de adelantar los comicios, originalmente previstos para el segundo semestre de 2024. Steinmeier utilizó su facultad constitucional para convocar elecciones, dado que la Constitución alemana no permite la autodisolución del Bundestag.
En paralelo, ciudadanos de Magdeburgo participaron en un servicio conmemorativo para las víctimas de un ataque ocurrido en un mercado navideño. El incidente, donde un automóvil arremetió contra una multitud, ha generado debate sobre seguridad y políticas públicas en el contexto político actual.
De acuerdo con las encuestas, el bloque conservador liderado por Friedrich Merz mantiene ventaja sobre el partido de Scholz. También se perfila como candidato el vicecanciller Robert Habeck, de Los Verdes, aunque con menos posibilidades debido a la posición rezagada de su partido en las preferencias electorales.
Entre los temas centrales de la campaña figuran la inmigración, el impulso a la economía nacional y la asistencia a Ucrania en su conflicto con Rusia. La disolución del parlamento marca el inicio oficial de una etapa de definiciones políticas clave para el futuro del país.