La armada rusa amplió su despliegue en el Mediterráneo oriental con armamento hipersónico de última generación. Este movimiento se da en medio del conflicto entre movimientos islamistas radicales y el régimen sirio de Bashar al Asad, que cuenta con el respaldo de Moscú.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó que las operaciones involucran aproximadamente mil soldados, 10 buques de guerra equipados con misiles de largo alcance, y 24 aviones que también portan misiles. Estos equipos tienen la capacidad de impactar objetivos a una distancia de hasta 1.000 kilómetros.
Durante las maniobras, misiles fueron lanzados desde el mar como parte de ejercicios para evaluar la efectividad de las fuerzas navales y aéreas. Según el informe oficial, los objetivos establecidos fueron alcanzados con precisión, demostrando la capacidad operativa de las tropas rusas en la región.
En el marco de estas operaciones, el presidente Vladimir Putin destacó la importancia de apoyar al régimen sirio para restablecer el orden constitucional. En una conversación con el presidente turco, Recep Erdogan, subrayó la necesidad de fortalecer la estabilidad en Siria mediante el respaldo a las autoridades legítimas del país.
El despliegue refuerza el papel de Rusia como aliado estratégico del régimen de Bashar al Asad, consolidando su influencia en el Mediterráneo oriental y el conflicto en Siria. Estas acciones reflejan el interés de Moscú en mantener su presencia militar y geopolítica en la región.