En una ceremonia llevada a cabo en el Museo de Etnografía de Ginebra (MEG), Suiza, el pasado lunes 20 de noviembre, tres momias precolombinas fueron restituidas a Bolivia, marcando un hito en el movimiento internacional a favor de devolver restos humanos y objetos culturales a sus países de origen.
La directora del Museo de Etnografía de Ginebra, Carine Ayélé Durand, resaltó el gesto ético de la ciudad al devolver restos humanos a sus legítimos beneficiarios, comparándolo con acciones anteriores, como la restitución a petición del pueblo 'Maorí de Aotearoa' (Nueva Zelanda) en 2014 “Ginebra, ciudad de paz y diálogo, debe dar ejemplo”, expresó Sami Kanaan, otro dirigente municipal, antes de entregar las cajas que contenían las momias a la ministra boliviana de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Sabina Orellana Cruz.
Las autoridades bolivianas solicitaron la devolución de las momias en diciembre de 2022, como parte de un programa destinado a “descolonizar las colecciones” del museo suizo. Según el museo, los cuerpos presentan señas de las costumbres funerarias precolombinas de la región del altiplano cerca del lago Titicaca, antes de la llegada de los españoles.
La ministra boliviana aclaró que las momias pertenecían a las culturas pacajes de origen aimara, que se establecieron en la zona entre los años 1.100 y 1.400. Estas momias, resguardadas en estructuras funerarias llamadas “chullpas”, representan un importante patrimonio cultural pero también atraen a ladrones de tumbas y coleccionistas debido a la forma de torre que caracteriza a estas estructuras funerarias.
Los cuerpos momificados fueron enviados a la Sociedad Geográfica de Ginebra en 1893 por el ingeniero suizo Gustave Ferrière, quien era el cónsul alemán en La Paz. Este traslado se realizó sin el consentimiento de los propietarios tradicionales ni autorización formal, según el museo. La restitución de estas momias busca, más allá de la devolución, lograr una reparación ética en el marco de los esfuerzos de descolonización cultural.
