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César Álvarez Conflicto Irán -Israel

De la ‘Paz Total’ a la 'Paz Mundial': El nuevo delirio de Petro

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¡Que paradoja! Al presidente Petro le quedo grande Colombia, pero el mundo le queda pequeño.

Mientras el Estado Mayor Central se fortalece, el terrorismo se toma el Cauca, el ELN se pasa el cese al fuego por la faja, y el país nada en coca, el presidente delira con alcanzar la paz mundial, viendo que su idea de la ‘paz total’ fracasa.

¿Para qué combatir a las disidencias de las FARC, y al ELN, o luchar contra el narcotráfico, cuando se puede solucionar el conflicto árabe-israelí; acabar la invasión rusa a Ucrania; defender a Irán de Israel; y consolidar la dictadura Venezolana primero?

En otras palabras, ¿para qué proteger a Colombia, si primero se puede cambiar al mundo, y hacer lo que la comunidad internacional no ha podido en años, y el algún caso, en décadas?

Esta lógica, a la cual yo llamo Petro-nica, es el resultado de abrazar una visión anacrónica del mundo, aferrarse a una brújula moral con los polos invertidos, y creer en fantasías ideológicas disfrazadas de progreso, que sólo llevan al atraso. Bajo esa lógica, refundar la república y restablecer el orden mundial parecen ser una revelación tardía, pero completamente realizables ante los ojos de Petro.

Esta revelación se viene gestando desde el 7 de agosto de 2022, cuando en medio de las cámaras, el aplauso del pueblo, con la imposición de la banda presidencial, los colombianos declaraban a Gustavo Petro como su primer mandatario, y sin saberlo, líder mundial del progresismo.

Querer cambiar el mundo, así sea con una visión distorsionada, no sorprende, pero preocupa. La idea de influir en los grandes temas geopolíticos del mundo más temprano que tarde germina en la mente de cualquier mandatario. En especial, cuando en el mundo globalizado de Petro se gobierna a través de Twitter, o X, y no a través del uso robusto, estratégico, y quirúrgico de la diplomacia.

Petro naturalmente, como muchos de sus antecesores, quiere dejar una huella en el mundo, no sólo en Colombia. La gran diferencia es que Petro está dejando grietas, heridas, y malos recuerdos.

Pretender ser un líder mundial sin crear resultados tangibles y sólidos en casa es insensato, irresponsable, y por ende costoso. Colombia necesita un líder de talla mundial que quiera cambiar la cruda realidad colombiana.

Lamentablemente, restablecer el orden nacional debe ser, pero no es una prioridad para el presidente Petro. Si el presidente Petro quisiera realmente cambiar el mundo, para bien, debería empezar por devolverle la tranquilidad a los colombianos.

El orden, y la justicia, como los impuestos, son insustituibles. Ningún país es viable sin ellos. Sin un mandatario enfocado en lo importante, Colombia seguirá a la deriva.

Gustavo Petro perdió de vista el país. Su cabeza está en Caracas, su alma en Cuba, su pie izquierdo en Moscú, el otro izquierdo en Teherán. Su corazón está en Gaza, y sus dos manos en el celular pegadas a Twitter.

Otra paradoja en este delirio de talla mundial es recordar que Gustavo Petro senador alguna vez dijo que si fuese presidente acabaría la guerra en Colombia tres meses. Tras veinte meses en el poder la paz total le dio una bocanada de aire a terroristas, narcotraficantes, y corruptos que esperan con ansías que un perdón presidencial los convierta en próceres de la patria.

Como si no fuera suficiente con la impunidad total, a mitad de camino, al presidente se le ocurrió que es más viable resolver el conflicto Árabe-Israelí, detener la invasión a Ucrania, prevenir un potencial ataque a Irán, sin darse cuenta de que está acabando con Colombia.

El presidente Petro tiene derecho a identificarse como él quiera. Él, después de todo es un progresista. No obstante, identificarse como un líder mundial es una cosa, y serlo es otra muy distinta.

La última paradoja de este delirio es que, en la tierra del realismo mágico, donde la realidad supera la fantasía, por primera vez gobierna un presidente para quien sus fantasías, están por encima de la realidad.

Faltan 776 días para el 31 de mayo de 2026. La cuenta regresiva continúa. Esperemos que ese día un verdadero líder de talla mundial sea elegido para el bien de Colombia, y del mundo.

@cesaralvarez_au