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César Álvarez Gustavo Petro

Los falsos negativos de Petro: la amenaza oculta de Colombia

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No es el terrorismo, ni el narcotráfico, ni es causada por grupos al margen de la ley.

La amenaza de seguridad más grave que enfrenta Colombia son los falsos negativos, y su mayor difusor es el presidente Gustavo Petro.

Los falsos negativos están socavando la estructura jurídica, social, económica y de seguridad del país.

Los falsos negativos no son noticias falsas. Las noticias falsas crean confusión. Los falsos negativos, paradójicamente, aclararan. Eso sí, aclaran que los criminales son, supuestamente, víctimas.

Tanto falso negativos, como noticias falsas, intentan manipular la opinión pública. Los falsos negativos, no obstante, intentan minimizar, exonerar, o justificar conductas criminales reales. Las noticias falsas, valga la redundancia, no son ciertas. Mucho menos precisas.

Los falso negativos son propaganda. Las noticias falsas son desinformación.

Los falsos negativos distorsionan la realidad con verdades. ¿O acaso es mentira que el gobierno Petro ofreció excusas a la Segunda Marquetalia por combatirlos?

¿O acaso es falso que el gobierno Petro elevó a la categoría de patrimonio cultural de la nación un sombrero perteneciente a un terrorista?

¿O no es verdad que el presidente Petro quiere sacar al ELN de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea?

Los falso negativos nos son una amenaza nueva, y tampoco exclusivamente Colombiana. El Estado Islámico (ISIS) ha utilizado falsos negativos para presentar a sus combatientes como víctimas de agresiones injustas. Las declaraciones de Otty Patiño, el comisionado de paz, simplemente no lo recordó.

Los efectos de los falsos negativos son tangibles. Los Talibanes han retratado a sus miembros muertos como mártires, utilizando esta imagen para fortalecer el reclutamiento y el apoyo local. De manera similar, el gobierno Petro busca “lavar” al ELN de sus pecados, al menos en la Unión Europea.

Los falsos negativos ocultan la verdadera naturaleza de los criminales. Durante la Guerra Civil de Sri Lanka, los Tigres Tamiles (LTTE) describieron a sus combatientes como víctimas de las operaciones militares del gobierno para atraer el apoyo internacional, mientras ocultaban sus actos terroristas. Ni lo de la Segunda Marquetalia, ni los del M-19, Carlos Pizarro y su sombrero, es diferente.

Los falsos negativos son como la difusión de tinta negra en un vaso de agua. A medida que estas narrativas se dispersan a través de los medios y las redes sociales, alteran la percepción pública, destruyen la confianza y despojan a las instituciones de su credibilidad.

Aparentemente insignificantes, estas gotas de tinta oscurecen la verdad, mientras irónicamente buscan “lavar” los pecados de cuanto grupo criminal puedan salpicar.

Su objetivo de corto plazo es rehabilitar la imagen de los impresentables. A mediano plazo, controlar la narrativa. A largo plazo, la destrucción de la verdad, y la democracia.

Los falsos negativos, no son una amenaza simplemente seria, o grave. Son una amenaza existencial.

Los falsos negativos erosionan la democracia. Primero llaman a lo malo, bueno. Luego disparan un trastorno autoinmunitario que empieza a destruir tejido sano pensando que es enfermo.Y por ultimo capturan al Estado de tal manera que si no actuamos, nuestra democracia quedará a merced de una enfermedad, que solo puede ser tratada, pero no curada.

Colombianos, tratar los síntomas o reducir el daño, no es una opción. Tomemos acción. Empecemos por las elecciones al congreso y luego por las presidenciales. Si elegimos bien, una inyección de sangre nueva podría salvarnos, devolverle la claridad al país, y restablecer el orden y la justicia.

Si las elecciones legislativas son el 15 de Marzo de 2026, faltan 626 días. Y si las elecciones presidenciales son el 31 de Mayo de 2026, faltan 703 días.

La cuenta regresiva continua.