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Hatem Dasuky Gustavo Petro

La Anti - Diplomacia

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En las últimas dos décadas, Colombia ha logrado importantes avances en el escenario internacional, que abarcan desde la apertura de nuevas embajadas y consulados, la participación en nuevos mecanismos multilaterales y la eliminación de visas para ingresar a varios países, hasta la firma de varios tratados comerciales, entre otros.

Pero el país también tiene unos retos enormes que van poniendo sobre la marcha las dinámicas geopolíticas, sociales y económicas mundiales en los que Colombia debe estar muy activa diplomáticamente, especialmente en lo relacionado con la migración, la lucha contra el narcotráfico, las guerras y el cambio climático.

Durante los últimos meses el país viene asistiendo a los momentos más oscuros de su diplomacia. Apenas el 2 de diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania rechazó públicamente la declaración que en el marco de la COP 28 hizo Petro, al comparar la guerra en Gaza con el nazismo.

“Identificar las consecuencias de la crisis climática para los más vulnerables del mundo es legítimo e importante. Combinar eso con el sufrimiento en Gaza es extraño. Lo que es inaceptable es hacer crudas comparaciones con la era nazi y relativizar el holocausto”, dice el comunicado del Gobierno Alemán.

No es la primera y seguramente no será la última vez, que Petro se mete en líos diplomáticos con otros países. En febrero pasado el Congreso del Perú declaró “Persona Non Grata” al Presidente de Colombia, lo que implica que no podrá visitar nunca ese país, por sus declaraciones indicando que los Policías Peruanos marchan como nazis contra su propio pueblo.

Con El Salvador, aunque no ha habido pronunciamiento oficial por parte de ese gobierno, hay un roce constante con el Presidente Nayib Bukele a través de sus cuentas X personales.

Cuando ganó Milei las elecciones en Argentina hace apenas dos semanas, Petro manifestó que era una “noticia triste para América Latina”.

También se ha metido con Chile. Luego de conocer el resultado del plebiscito constitucional del 4 de septiembre de 2022, en el que el 62% de los chilenos rechazó una nueva Constitución para ese país, Gustavo Petro publicó en su cuenta de Twitter: “Revivió Pinochet”.

De inmediato se produjeron voces de protesta que no solo salían de la oposición, sino también de líderes políticos ligados al gobierno del presidente Gabriel Boric; algunos de ellos incluso protagonistas presenciales de los sucesos que marcaron la historia de Chile, como Mariana Aylwin, exministra de Educación y reconocida líder de la centroizquierda chilena: “Hay que ser ignorante y mal intencionado para decir esta insensatez. Votaron 13 millones de chilenos y el rechazo obtuvo el 62%. Es una ofensa a nuestra patria y cultura cívica señor @petrogustavo. Siendo presidente de Colombia, de seguro no interpreta a sus conciudadanos”.

El excanciller de Chile Roberto Ampuero en un fuerte tono reclamó: “El presidente Petro, de Colombia, ofende a inmensa mayoría de los chilenos al criticar nuestra decisión soberana de rechazar (con 62%) el proyecto d nueva Constitución Política. ¡Respete a Chile, presidente @petrogustavo!”, escribió en sus redes sociales.

En octubre de este año la vicepresidenta de los EEUU Kamala Harris se negó a recibir a su homóloga colombiana Francia Márquez, al parecer por la posición del Presidente Petro y la Cancillería de Leyva de no condenar los ataques de Hamas contra Israel y las amenazas a través de las redes sociales de expulsar al Embajador de Israel en Colombia Gali Dagan.

No conozco que en el pasado que el principal aliado de Colombia - no solo en lo comercial sino también en cooperación y ayuda en defensa – le haya tirado la puerta a un alto funcionario del gobierno colombiano, lo cual devela la gravedad diplomática del asunto.

Generalmente los roces diplomáticos se producen y con más frecuencia de lo que se sabe, entre países vecinos, por la convivencia en general, por diferencias de límites fronterizos, asuntos comerciales, paso irregular de migrantes, etc., pero generar un conflicto de esa naturaleza, al otro lado del mundo, más allá de las fronteras, si es verdaderamente inaudito.

Atizar más el fuego ya encendido, no corresponde a la diplomacia.

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