El corregimiento de El Plateado, en Argelia, Cauca, ha sido objeto de una ofensiva militar en el marco de la operación Perseo, lanzada el 12 de octubre por el presidente Gustavo Petro. La misión involucra el despliegue de 1.400 efectivos de fuerzas especiales, con el objetivo de expulsar a las disidencias que controlan esta región estratégica para el narcotráfico.
El cañón de Micay, una de las áreas más importantes para los cultivos de coca, ha estado bajo el dominio de grupos armados ilegales durante casi dos décadas. Inicialmente controlado por el frente sexto de las Farc, la zona es ahora dominio de la columna Carlos Patiño, una disidencia del Estado Mayor Central liderada por alias Iván Mordisco. Según fuentes oficiales, esta área es crucial debido a los ingresos que generan los cultivos de coca y el tráfico de cocaína.
El departamento del Cauca, y en particular los municipios de Argelia y El Tambo, albergan alrededor de 16.000 hectáreas de cultivos de coca. Pedro Alarcón, líder social de la región, afirmó que "la economía local depende en un 90% de estos cultivos", lo que ha permitido que los grupos ilegales se mantengan en control del área. La operación Perseo tiene como objetivo no solo recuperar el control militar, sino también establecer una presencia institucional en el cañón de Micay.
La intervención militar también busca cortar las conexiones de las disidencias con los carteles internacionales. Soldados en la zona han afirmado que para las disidencias, esta es una zona estratégica, que les da mucho dinero por el narcotráfico y por las conexiones que tienen con carteles internacionales, destacando la importancia de la región para las finanzas de estos grupos.
El cañón de Micay es un corredor clave para el tráfico de cocaína hacia el Pacífico, y según las autoridades, por esta zona se transportan entre 3.000 y 6.000 kilos de cocaína mensualmente. Esto genera un flujo económico estimado de entre 10.000 y 15.000 millones de pesos semanales en impuestos ilegales, lo que refleja la magnitud del negocio controlado por los grupos armados.
El líder indígena Edgar Alberto Velasco Tumiñá denunció que en lo que va de 2024, 20 dirigentes indígenas han sido asesinados, en su mayoría por los grupos armados que controlan la región. Tumiñá agregó que "la colonización moderna" está vinculada al uso de tierras indígenas para cultivos ilícitos, exacerbando la violencia y la explotación de los territorios.
A pesar de los esfuerzos del Ejército Nacional, los enfrentamientos entre las fuerzas militares y las disidencias de las Farc continúan en la zona. El cañón de Micay ha sido escenario de repetidos conflictos desde 2020, y la presencia del ejército ha generado incertidumbre entre los habitantes, quienes temen más desplazamientos y violencia.