El incidente aéreo ocurrido en Juan de Acosta, Atlántico, ha dejado un saldo trágico de dos personas fallecidas. Según informes preliminares, la avioneta con matrícula HJ-097 sufrió una falla mecánica que provocó su caída en una zona rural del municipio. Las autoridades han confirmado que las víctimas, presumiblemente el piloto y un acompañante, quedaron atrapadas en los restos de la aeronave.
Las primeras indagaciones sugieren que el piloto de la avioneta habría solicitado regresar a su punto de partida debido a condiciones meteorológicas adversas. Sin embargo, momentos después de esta solicitud, la aeronave chocó contra un árbol, precipitándose a tierra. La investigación en curso buscará determinar si la combinación de problemas mecánicos y condiciones climáticas desfavorables fue determinante en el accidente.
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Este incidente no es un caso aislado en la región. En septiembre del año anterior, se reportó una emergencia similar en la zona de Tubará, también en el corredor costero del Atlántico. En aquella ocasión, un avión ligero de matrícula HK1437G se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en la pista del autódromo Motorsports Park, ubicado sobre la Vía al Mar, cerca del balneario de Caño Dulce. Afortunadamente, en ese caso, tanto el piloto como su acompañante resultaron ilesos, habiendo logrado aterrizar la aeronave de manera segura tras experimentar una falla técnica.
La recurrencia de incidentes aéreos en la zona se evidencia aún más con otro evento ocurrido en enero de 2022, también en el municipio de Tubará. En esa oportunidad, una avioneta tipo ultraliviano, con matrícula HJ326, que realizaba un vuelo recreativo desde el aeródromo Los Campanos, se vio forzada a realizar un aterrizaje de emergencia en un área no preparada, presuntamente debido a problemas mecánicos.
Aunque la aeronave sufrió daños importantes al volcarse tras el aterrizaje, sus dos ocupantes salieron ilesos del incidente. La Aeronáutica Civil, en respuesta a estos eventos, ha desplegado investigadores para determinar las causas precisas de cada suceso, buscando identificar patrones o factores de riesgo que puedan abordarse para mejorar la seguridad aérea en la región.
