William Camargo, en tal vez su última rueda de medios como ministro de Transporte, dio a conocer una noticia que aunque ya se se sabía se mantenía como un secreto a voces en la Casa de Nariño: el prometido en campaña tren eléctrico para unir Buenaventura con Barranquilla no va, no hay plata para hacerlo y además es un titánica tarea irrealizable en estos momentos.
Camargo asumió el reto, con lo que queda ganando algunos 'petropuntos', de decir a la opinión pública que el invento del presidente Gustavo Petro no va. Vale anotar que tampoco nunca se tomó como una propuesta seria y se creyó, como se demuestra ahora, que no fue más que una de esas mentiras piadosas que se dicen en campaña esperando ganar el voto de incautos que creen en este tipo de proyectos oníricos.
Tal vez esta es la razón por la que ayer el propio mandatario comenzaba a hablar del 'premio de consolación', la construcción de un tren transoceánico en la región del Darién, en el departamento del Chocó. Una obra que buscaría conectar el océano Pacífico con el Atlántico, pero que según Petro, pasaría primero por una consulta previa con las comunidades. Lo cual para todo el que desarrolla proyectos de infraestructura en Colombia sabe lo que significa. Una eterna talanquera comunal.
Añadió William Camargo en sus entrevistas radiales de hoy:
"Se hicieron unas exploraciones iniciales que indicaron que para un escenario de 196 millones de toneladas, podríamos tener un costo del orden de 60 billones de pesos para un corredor de 260 kilómetros con dos puertos", puntualizó.
El nuevo reto del gobierno del cambio sería un corredor elevado entre Cupica (Chocó) y Turbo (Urabá antioqueño) de 198,6 kilómetros. Un reto en una de las regiones más biodiversas del mundo que está en la actualidad siendo arrollada por un tráfico de migrantes sin precedentes, el tapón del Darién.
Mientras ya los expertos comienzan a analizar la nueva propuesta, que tampoco es tan nueva, muchos ya dicen que habría dificultades enormes y que habría que ver quienes son los interesados ante la ANI y evaluar ante todo el impacto fiscal de esta idea.