La capital colombiana fue escenario de un nuevo episodio de inseguridad cuando una granada fue arrojada contra un local de envíos ubicado en el norte de la ciudad. El incidente tuvo lugar en la calle 133A, a la altura de la carrera 19.
Afortunadamente, el artefacto explosivo no detonó, lo que evitó posibles daños y lesiones a los aproximadamente diez trabajadores que se encontraban en el establecimiento en ese momento. Equipos antiexplosivos se movilizaron al lugar para realizar las labores de desactivación y destrucción del artefacto.
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Este ataque fallido no parece ser un hecho aislado. Al parecer, el establecimiento ha sido objeto de extorsiones durante los últimos seis meses por parte de personas que se identifican como miembros del Clan del Golfo.
Las fuerzas de seguridad han iniciado las investigaciones correspondientes. El teniente coronel Sergio Bayona Salazar, comandante operativo de Seguridad Ciudadana de la Policía, informó que el caso está siendo investigado por el Gaula, unidad especializada en el combate al secuestro y la extorsión. Las autoridades están revisando las cámaras de seguridad del sector en un esfuerzo por identificar a los responsables del ataque.
A pesar de las denuncias previas, muchos comerciantes del lugar han afirmado que no han recibido respuesta o acción alguna por parte de las autoridades antes de este incidente.