Érikha Aponte, Sandra Milena Saavedra, Ana María Suárez, Yamile Brito, Valentina Trespalacios, Yesica Campo, Maité Cárdenas, María Camila Romero, Yudy Acero, Lady Navarrete, María Angélica y Viviana Chamorro. Todas ellas dejaron sueños, muchas de ellas hijos, otras más la ilusión de un mejor mañana pero sus verdugos -sus exparejas- les quitaron la vida.
Érikha Aponte, Sandra Milena Saavedra, Ana María Suárez, Yamile Brito, Valentina Trespalacios, Yesica Campo, Maité Cárdenas, María Camila Romero, Yudy Acero, Lady Navarrete, María Angélica y Viviana Chamorro. Todas estas mujeres, que no se conocieron entre sí, corrieron la misma suerte: murieron a manos de sus parejas.
Fueron asesinadas. Unas, en sus propios hogares; otras en sus sitios de trabajo; unas más, en la casa de sus padres. Son doce nombres que hacen parte de los feminicidios que se han cometido sólo en Bogotá en lo que va corrido del año.
Sus verdugos fueron encontrados en las escenas del crimen. Pero a pesar de ello, la justicia ha sido tardía, lenta. De mucho papeleo y poca aplicación de la ley.
Pero no sólo ha sido paquidérmica la actuación de investigadores y jueces. También lo han sido las lentas acciones administrativas a pesar de que estas doce mujeres en la capital prendieron las alarmas. Temieron por sus vidas, pidieron protección. Así la alcaldesa de Bogotá, Claudia López señale que las autoridades estuvieron atentas.
Los asesinos de estas doce mujeres siempre merodearon sus lugares de trabajo, sus hogares, el de sus familias. Siempre enviaron un mensaje de amenaza para más tarde volverse sus verdugos.
A Viviana Chamorro, una mujer dedicada a la investigación, su expareja la agredió dentro de su hogar. Las lesiones que le propinó acabaron con su vida. El homicida fue capturado en la escena del crimen, pero las autoridades continúan investigando, recopilando pruebas.
Igual ocurrió con Ana María Suárez, su expareja la asesinó con unas tijeras. También fue capturado en la escena del crimen. Los familiares de esta mujer trabajadora y entregada a su casa e hijo, denunciaron que las autoridades tardaron más de veinte minutos en llegar al sitio, a pesar de las llamadas de alarma que dieron para evitar el crimen. A María Camila Romero su compañero sentimental la asfixió y luego le dijo a las autoridades que había muerto en medio de “un juego sexual”.
Otro de los casos fue el de la DJ Valentina Trespalacios. Una historia que conmovió al país, como todas las otras. Su pareja, un extranjero, la torturó, la violó y después empacó su cadáver en bolsas y desalmadamente la botó en un contenedor de basura que ubicó en un parque cerca de donde cometió el crimen. La investigación de la Fiscalía permitió en tiempo récord ubicar al homicida. Se trata del estadounidense John Poulos, que ha tratado de dilatar por todos los medios el proceso judicial. Le esperan más de 30 años de cárcel.
Igual suerte corrió Érikha Aponte. En la celebración del Día de la Madre y mientras ella trabajaba en un restaurante en el centro comercial Unicentro, su expareja le propinó dos disparos en la cabeza y luego se disparó quedando gravemente herido, horas después falleció. Se vivieron momentos de pánico por la cantidad de ciudadanos que se encontraban a esa hora en el lugar de los hechos.
El caso de Érikha fue una muerte anunciada, ella presentía que su expareja le iba hacer daño. Se puso en contacto con las autoridades, denunció al agresor. Buscó nueva vivienda para evitar que la ubicara. Trató de recuperar a su hijo. Pero de nada le sirvieron cada una de las medidas que tomó. Fue asesinada a sangre fría, a pesar de suplicar por su vida.
Medicina Legal señala que en lo que va corrido del presente año, más de diez mil mujeres han denunciado agresiones de sus parejas. Veintiocho de ellas han sido asesinadas. Las mujeres piden una mayor protección y mejor respuesta a sus llamados. La Fiscalía señala que, de esos veintiocho feminicidios, la mayoría de los agresores están judicializados. Ahora, el trabajo está en manos de los jueces.
Érikha Aponte, Sandra Milena Saavedra, Ana María Suárez, Yamile Brito, Valentina Trespalacios, Yesica Campo, Maité Cárdenas, María Camila Romero, Yudy Acero, Lady Navarrete, María Angélica y Viviana Chamorro. Todas ellas dejaron sueños, muchas de ellas hijos, otras más la ilusión de un mejor mañana pero sus verdugos —sus exparejas— les quitaron la vida.