El canciller (e) Luis Gilberto Murillo ha anunciado un cambio radical en el enfoque de la Cancillería para la producción de pasaportes colombianos. Sin embargo, esta nueva estrategia plantea más interrogantes que respuestas, especialmente en lo que respecta a la capacidad y experiencia de la Imprenta Nacional.
En un intento por resolver el dilema en torno al contrato de elaboración y distribución de pasaportes, el canciller (e) Luis Gilberto Murillo ha presentado una propuesta innovadora ante la Comisión II de la Cámara de Representantes. Esta nueva fórmula, aunque prometedora, deja abiertas varias interrogantes que preocupan a expertos y ciudadanos por igual.
La saga de desafíos comenzó hace casi un año, cuando la licitación pública para este contrato fue declarada desierta por el entonces secretario suspendido, Álvaro Leyva. Desde entonces, el tema ha sido objeto de intenso debate, especialmente en lo que respecta a la capacidad de la Imprenta Nacional para asumir esta responsabilidad crucial.
La propuesta presentada por Murillo implica un esquema mixto, en el que participan el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Fondo Rotatorio y la Imprenta Nacional, junto con aliados privados y extranjeros. Sin embargo, las garantías de seguridad y eficacia en la producción de pasaportes bajo este modelo aún no están claras.
Aunque Murillo ha enfatizado la importancia de la participación pública, la seguridad de la información y la diversidad de proponentes, las preocupaciones persisten. La capacidad técnica y la experiencia de la Imprenta Nacional para supervisar y ejecutar este proceso, así como el papel exacto de los aliados privados y extranjeros, siguen siendo motivo de inquietud.
Mientras se despejan estas incertidumbres, los ciudadanos esperan una solución definitiva que garantice la emisión de pasaportes de manera segura y eficiente. Sin embargo, con tantas preguntas sin respuesta, el futuro de esta nueva estrategia aún está en duda.
