El fiscal de Crimen Organizado Daniel Hernández, imputó hoy, ante el juzgado 35 penal de Bogotá, a Enrique Pardo Hasche y Samuel Sanchez Caños como coautores en los delitos de fraude procesal y soborno actuación penal dentro del caso que se adelanta en contra del ex presidente Álvaro Uribe por la presunta manipulación de testigos para favorecerlo a él y a su hermano Santiago Uribe.
El fiscal Hernandez empezó su imputación por Samuel Hernandez Cañón a quien señaló de haber cometido actos en contra de la verdad con el fin de favorecer al ex presidente Álvaro Uribe, con el cambio de testimonios sobre dos masacres en las que el exmandatario habría participado.
Pero fue contra el señor Enrique Pardo Hasche sobre quien extendió su imputación, Hernandez asegura que mientras él (Hasche) era compañero de celda del señor Juan Guillermo Monsalve, testigo estrella en el caso que lleva a cabo la Fiscalia contra el ex presidente Álvaro Uribe, lo manipuló e indujo para cambiar la versión entregada a la Corte Suprema de Justicia en el 2012.
El fiscal contra el Crimen Organizado aseguró que Hasche el 21 de febrero de 2018 empezó a ejecutar un plan para que Juan Guillermo Monsalve recibiera al abogado Diego Cadena en la cárcel Picota donde se encontraba recluido, ya que en una primera ocasión lo había rechazado. El argumento que habría usado Hasche según el fiscal es que quien enviaba a Cadena era el ex presidente Uribe y que no necesitaba nada más que eso.
Además lo señaló e haber ayudado y participado en los ofrecimientos que se le hicieron a Juan Guillermo Monsalve por parte de Cadena, para que se retractara de su testimonio presentado en la Corte en 2012 sobre dos masacres en las que estaría involucrado Uribe y su hermano Santiago.
Hernandez apuntó que Hasche presionó a Monsalve diciendo que "Uribe era Dios y que el debía aliarse con estas personas, que Iván Cepeda (senador) no le podía ofrecer nada". Asegura Hernandez que ademas "Le ayudo a redactar la carta retractando su testimonio."
El fiscal Hernandez asegura que con esto lo que se quería era inducir al error a la Corte. Ni Hernandez Cañón ni Hasche aceptaron cargos.