Con 18 meses en el poder, el presidente Gustavo Petro afronta el desafío del 2024, un año que será crucial para el avance de sus reformas y para demostrar resultados concretos en el proceso de paz con el ELN. A pesar de su inicio con altos niveles de popularidad, la desaprobación ha crecido, llegando al 66%, según datos de Invamer.
En este nuevo año, el Congreso será un terreno de disputa clave. Las reformas propuestas por el Gobierno, incluyendo la de salud, laboral, pensional y educativa, enfrentarán debates y podrían enfrentar obstáculos en su aprobación. La reforma laboral ya está en discusión en la Comisión Séptima de la Cámara, pero la de salud podría enfrentar dificultades, poniendo en riesgo su futuro.
El presidente Petro también tiene el reto de avanzar en el proceso de paz con el ELN. Aunque se ha fijado la meta de concluir las negociaciones en mayo de 2025, se necesita lograr avances significativos, como la terminación del secuestro, para mantener la confianza en la 'paz total'. Sin embargo, las críticas y la desconfianza en este proceso persisten.
Además, la economía y la inflación representan desafíos importantes. El aumento de precios, especialmente en los combustibles, podría generar tensiones sociales, ya que sectores como taxistas y camioneros han expresado su descontento. La administración de Petro debe encontrar equilibrios para evitar conflictos.
En resumen, el 2024 será un año determinante para el Gobierno de Petro, donde la capacidad de avanzar en sus propuestas legislativas y mostrar resultados tangibles en la paz y la economía definirán su futuro político y la percepción de los ciudadanos.