Miguel Uribe Turbay, cabeza de lista al Senado del uribismo, destapa sus cartas y las del partido para mantenerse como la principal bancada del Congreso.
Cuando Gustavo Petro estaba en la Alcaldía de Bogotá, Miguel Uribe Turbay fue uno de los pocos concejales que le hacían oposición frontal. Desde entonces, el joven político, nieto del expresidente Julio César Turbay, llamó la atención del expresidente Álvaro Uribe, quien luego apoyó su gestión como secretario de Gobierno del alcalde Enrique Peñalosa y su aspiración a la alcaldía capitalina en 2019.
Ahora, con 36 años, Miguel Uribe no solo es candidato al Senado por el Centro Democrático (CD) sino cabeza de lista, por decisión del expresidente Uribe, quien lo prefirió por encima de otros dirigentes del partido con trayectoria más extensa.
La bandera de campaña que más agita es combatir “el populismo dañino” que, en su concepto, está gobernando en Bogotá, Medellín y Cali, “destruyendo las ciudades y reivindicando a los violentos”, y representa en la campaña presidencial Gustavo Petro, cuyo discurso –dice– “quiere empobrecer a los colombianos”.
Alternativa: ¿Cómo ha sido su llegada al uribismo en medio de algunas críticas por su escogencia como número 1 de la lista al Senado?
Miguel Uribe Turbay: Es natural que en los partidos democráticos haya debate. No solo me siento cómodo sino agradecido con el presidente Uribe y, además, me veo como coequipero de un grupo de personas que ha dado batallas importantes en los últimos años. Somos el partido del ingreso solidario, de la matrícula cero, de la reactivación económica, de la lucha contra el narcotráfico, de la defensa de las familias. Eso me motiva porque hay coherencia, identidad y unidad en el partido.
¿Usted representa un cambio generacional en el CD?
Por supuesto, soy una renovación política para el Congreso y Colombia. Represento a los colombianos que no nos rendimos, a los millones de personas que hemos sido víctimas y creemos aun así en este país; represento a los jóvenes que queremos progresar y tener más oportunidades en un país donde se nos permita trabajar.
¿Qué tipo de senador quiere ser?
Estoy con las personas que están cansadas de los políticos que dicen una cosa y hacen otra cuando llegan al poder, que prometen lo que no pueden cumplir. Estamos ‘mamados’ de la corrupción y la impunidad. Queremos políticos que tengan la experiencia, la capacidad y el conocimiento para dar resultados. Yo ofrezco eso y ser un senador de convicciones y valores, intachable y transparente.
Una de sus áreas de experiencia es la de la seguridad. ¿En esa materia qué haría?
Conozco cómo combatir la inseguridad, porque hice parte del equipo que acabó el Bronx en Bogotá y por eso voy a presentar iniciativas que mejoren la inteligencia estratégica y la investigación criminal, dos componentes fundamentales para desarticular el crimen organizado. Voy a presentar proyectos orientados a darle herramientas al Estado para garantizar la lucha y la erradicación del narcotráfico. Vamos a fortalecer y modernizar a la fuerza pública y a darles seguridad jurídica a sus actuaciones.
Usted dice que propondrá leyes que protejan la propiedad privada. ¿Por qué?
Para que no corramos el riesgo de que lleguen políticos, como Petro, a robarnos a los colombianos lo que con tanto esfuerzo nos hemos ganado. Vamos a proteger el ahorro de los colombianos, a evitar que alguien como Petro pueda, de un plumazo, quitarles las pensiones a las personas que han trabajado toda la vida. A la vez, vamos a promover crédito popular e incentivos para generar empleo y crecimiento. Es indispensable, además, aumentar el Ingreso Solidario de tres millones de familias a todas las familias pobres del país para darles una oportunidad sin poner en riesgo el crecimiento económico.
Mencionó antes a los jóvenes. ¿Qué pueden esperar ellos de usted como senador y de su partido?
Vamos a apoyar al 90 % de los bachilleres, quienes no logran llegar a la educación superior, con leyes que generen el marco jurídico para garantizar formación en competencias, de bajo costo y de baja duración, para que puedan tener empleos dignos. Todos los bachilleres deben ser técnicos y bilingües y tener herramientas de programación para conseguir más y mejores empleos.
Un tema constante en su discurso es el de las ciudades. ¿En qué avanzaría para ellas desde el Senado?
Voy a traer un conjunto de leyes para mejorar la calidad de vida en ellas, que hoy están subrepresentadas. Necesitamos senadores que piensen en el transporte público, la seguridad ciudadana, la generación de empleo, la propiedad horizontal y la sostenibilidad urbana, entre otras cosas.
¿Qué haría contra la corrupción, que todos los días preocupa más a los colombianos?
Un antecedente rápido: fui secretario de Gobierno, administré más de tres billones de pesos y no solo no tengo una sola tacha de corrupción ni un solo escándalo, sino que Transparencia por Colombia destacó mi trabajo. Creo que las cosas sí se pueden hacer bien. Para eso, primero, hay que elegir gente buena, que tenga un propósito de país y vocación de servicio. Segundo, tenemos que hacer una reforma a la justicia, porque hoy los corruptos no tienen sanciones y no debe haber un solo colombiano por encima de la ley. Lo otro es que vamos a recuperar la confianza de los ciudadanos, promoviendo la austeridad, porque no es posible que con la pandemia los colombianos hayan tenido que apretarse el cinturón, mientras que el Estado, las gobernaciones y las alcaldías no han ahorrado un solo centavo.
¿Y cómo van a materializar eso?
Vamos a promover la reducción del Congreso y al Senado por circunscripción regional para evitar la compra de votos y la prostitución electoral. Lo mismo buscaremos en los organismos de control, porque es una vulgaridad que crezcan en burocracia y no haya la misma efectividad al investigar.
Usted ha sido crítico con los tres alcaldes de Bogotá, Medellín y Cali, y habla de tener un Congreso que meta en cintura a los gobernantes locales. ¿Cómo hacerlo si los alcaldes nunca le han rendido cuentas al Congreso?
Pero el Congreso sí puede ser el freno de mano de los alcaldes oportunistas, incoherentes e incapaces. A Bogotá le han faltado senadores como le han faltado a Cundinamarca. Por ejemplo, el Portal de las Américas, en la alcaldía de Claudia López, se ha convertido en el nuevo Bronx de Bogotá. Debería haber un senador que exija acciones concretas, que acompañe a la fuerza pública y que lleve al Gobierno nacional a llenar el vacío que deja la administración local. La alcaldesa debería ser la jefe de la Policía, pero, ante su incapacidad e incompetencia, es el Gobierno nacional el que tiene que asumir el liderazgo y debe haber un senador que promueva una intervención integral sin miedo con el Ejército, la Policía y la Fiscalía. Lo mismo para las demás ciudades. ¿Cómo es posible que el único partido que se opuso a los bloqueos en Cali haya sido el Centro Democrático? Aquí se necesitan más senadores que intervengan cuando a los demás líderes políticos les da miedo actuar.
Esa no es su única pelea con la alcaldesa; también dijo, por ejemplo, que va a demandar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)…
Sí, un senador también puede denunciar y demandar actos inconstitucionales que pongan en riesgo la vida de la gente en las ciudades, como pasa con el POT de Claudia López, que es ilegítimo, ilegal e inconveniente. No podemos permitir que ella pase por encima de la ley y de los bogotanos. Ese es el tipo de acciones que los colombianos pueden esperar de mí.
Su continua acción contra la alcaldesa lleva a pensar que usted podría estar un rato en el Senado y después lanzarse a la Alcaldía. ¿Va a ser así?
Estoy aspirando al Senado porque estoy convencido de que puedo prestarles un servicio a los colombianos en donde creo que es necesario defender la democracia y la libertad. Tenemos que garantizar que haya un Congreso, y particularmente un Senado, que le dé estabilidad al país, pero también los cambios que necesita. No podemos permitir que llegue un gobierno y una bancada a destruir al país. Lo más grave es que ese sector político, del que nos tenemos que defender, es el mismo que se ha beneficiado de la democracia que quieren dañar y que ha incendiado al país a punta de odio y de resentimiento.
Se refiere a la izquierda radical. ¿Qué tan peligroso sería un gobierno de Gustavo Petro?
Petro es el mayor riesgo para la democracia. No cree en las instituciones y desconoce las decisiones judiciales cuando no le convienen. Calla ante la corrupción y el despilfarro cuando le conviene o lo beneficia. Petro reivindica la violencia, justifica las vías de hecho. Él es el símbolo del resentimiento y el odio: persigue a los empresarios y pretende quitarles a los colombianos lo que han construido con tanto esfuerzo. Además, comprobó en la Alcaldía de Bogotá que es un pésimo administrador: por negligencia e incapacidad creó problemas que todavía hoy seguimos pagando.
¿Qué fue lo peor que hizo Petro como alcalde de Bogotá?
Paralizó la ciudad, las obras de infraestructura; dejó huecos billonarios en Transmilenio; tuvo una multa por 200 mil millones por cuenta del lío del aseo; creó una nómina paralela el doble de grande de la de Samuel Moreno; favoreció a su concuñado en diferentes negocios; dejó un desastre en Salud Capital; prometió 100 colegios y no hizo colegios; prometió mil jardines y llegó a cinco… y podría seguir. Petro promete lo que no puede cumplir y a cada problema le tiene un discurso, pero no una solución.
El expresidente Uribe, el gran gancho electoral del Centro Democrático, ya no estará en la lista al Senado. ¿Cuáles son las cuentas de su partido para el Congreso? ¿Podrá mantener la bancada?
El objetivo es, por lo menos, mantener la bancada (51) y mantener al Centro Democrático como el principal partido en el Congreso, porque es la mejor alternativa ante el riesgo de Petro.
¿Pero no está Uribe…?
El presidente Uribe sigue en el Centro Democrático y liderando las tesis con las que transformó al país entre 2002 y 2010 y que están vigentes. Tenemos que garantizar la seguridad del país porque hay 250.000 hectáreas de coca y 13.000 hombres al margen de la ley, y el terrorismo urbano, con el nombre de primera línea, se está tomando las ciudades. Sigue vigente la tesis de generar confianza inversionista. Y, finalmente, necesitamos más que nunca cohesión con una política social amplia. Eso es lo que Uribe hizo en su gobierno y lo que el partido ha hecho durante el último tiempo.
Usted habla mucho del expresidente Uribe, pero poco del Gobierno. ¿Cuál es su percepción de lo hecho por Iván Duque?
Este gobierno ha hecho un esfuerzo social fundamental. Después de la pandemia y la crisis económica más importante de los últimos años, ha logrado la recuperación económica, garantizando que los colombianos puedan volver a generar ingresos, comprar comida y tener oportunidades.
Un crecimiento económico de casi 10 % es maravilloso y no fue mayor por los bloqueos promovidos por Petro. Este Gobierno se la jugó por un incremento del 10 % en el salario mínimo; por el ingreso solidario, por la matrícula cero para la universidad. Por supuesto, falta mucho, pero no se le pueden atribuir a un gobierno los problemas que ha tenido Colombia durante medio siglo.
¿Y usted cree que todo el Centro Democrático está con el candidato presidencial del partido, Óscar Iván Zuluaga?
Creo que sí. Debemos estar con Óscar Iván. Es una persona que tiene todo para ser presidente y ha demostrado resultados con creces.
Se lo pregunto porque hay rumores de que un sector del Centro Democrático va a apoyar a Federico Gutiérrez…
No conozco ni siquiera los rumores y, por el contrario, lo que he visto es entusiasmo alrededor de la candidatura de Óscar Iván.
¿No se está haciendo tarde para armar ese liderazgo que pueda enfrentar a Petro?
Si nos trasladamos a hace cuatro años vemos que el crecimiento de Iván Duque era similar a lo que hay hoy en el abanico de candidatos. Es claro que casi cualquiera puede ganarle a Petro. Él está de primero en las encuestas porque ha hecho dos campañas presidenciales, fue alcalde de Bogotá recientemente y tiene un discurso que busca agradar, aunque es muy dañino. Falta que comience la campaña. Hay tiempo suficiente para cambiar las encuestas.
Entonces, ¿no hay razón para creer que Petro tiene ya el camino despejado?
Por supuesto preocupa que llegue a ganar, pero no podemos dar por sentado que hay un candidato vencedor. Óscar Iván Zuluaga tiene las capacidades para ganarle, pero sobre todo es claro que un candidato de una coalición democrática va a ser el próximo presidente.
¿La victoria está en el voto contra Gustavo Petro?
La victoria está en el voto por un país democrático y libre, lo cual es una alternativa completamente contraria a la de Petro.
Usted, como político, ¿qué tiene de su abuelo, el expresidente Julio César Turbay?
El talante demócrata, la capacidad de construir puentes, la gratitud y la lealtad.
¿Y con usted se puede hablar de un nuevo turbayismo?
Hablemos más bien del uribismo.