María Fernanda Cabal es politóloga con estudios de literatura e historia. Ganó un espacio en el Congreso con el Centro Democrático, donde dejó entrever sus posturas radicales de derecha. Es provocadora, como cuando escribió que Gabo iría al infierno. En esta entrevista destapa sus cartas en su aspiración presidencial
Revista Alternativa: Todos sabemos de sus críticas muy enconadas en contra del gobierno y el presidente, pero quiero hacerle una pregunta que quizás le puede parecer a usted extrema. ¿Qué le reconoce en este año y cinco meses que haya hecho bien Petro?
María Fernanda Cabal: Le reconozco que sea auténtico y se haya quitado definitivamente la máscara.
Pero muchos aventuraban que esto podía ser el “Castrochavismo”, el desastre y a decir verdad, no parece tal.
Es un desastre ya. Hoy las cifras del Dane, que además me parecen un poco tímidas, confirman la desaceleración de la economía con crecimiento negativo. Ya hay voces que alertan que definitivamente entramos en un proceso muy crítico. En economía eso significa que se desajusta todo completamente. Entonces hoy me dicen “es que usted no quiere a Petro” y yo les respondo: es que no puedo entender cómo en un país donde hay tan buenos economistas y tan buenos abogados, terminemos inmersos en un gobierno que parece una obra de teatro, entre lo absurdo y lo cínico.
Todos tenemos quizás una pregunta morbosa y es la relación con su esposo, José Félix Lafaurie, quien está intentando que salga bien ese proceso de paz con el ELN.
Precisamente me mandaron un recorte de prensa que decía: hoy hace 25 años, “el ELN promete dejar de secuestrar”. Cuando usted conoce quién es el adversario, debería saber a qué atenerse. Yo le reconozco a José Félix, porque finalmente es un acto de grandeza para un hombre tan maduro, tan experimentado en política, tan aterrizado; porque él no es una persona fantasiosa, que haga este esfuerzo. Le auguro que el ELN en el 2024, le seguirá tomando el pelo a los colombianos y al mundo. Ellos son una empresa criminal transnacional, multimillonarios y siguen manteniendo el estatus inmerecido de ser insurgencia con fines políticos, que los pone por encima, de una forma inmoral, de los demás grupos terroristas. Muchos intelectuales de este país me dan tristeza, porque para ellos los muertos no valen cuando vienen por parte de estos grupos. Al fin de cuentas son narcotraficantes, secuestradores, asesinos, destructores del medio ambiente. Gente completamente psicótica.
Usted me pregunta: cómo es la conversación con él sobre estos temas. No es frecuente en ese sentido, porque a veces es tensa.
Pero debe haber muchas diferencias en la casa frente a las miradas distintas, porque al lado suyo, el doctor Lafaurie parece más un militante de izquierda.
En vez de ser el viejo activista, que se derechizó, como de alguna forma le pasó a Antonio Escohotado. Pareciera que, de viejito, él ya se hubiera reblandecido y se hubiera mamertizado, (risas) pero se le avala su madurez. Yo aspiro que las circunstancias lleven a Colombia a entender que esto es con autoridad y orden.
En septiembre pasado, anunció que aspirará la Presidencia en el 2026. ¿Sus banderas, para hacernos una idea, serán un modelo Bukele o de Milei? ¿Con cuál se identifica más?
Este país ha tenido todos los fenómenos de violencia a lo largo de su historia; es un país manchado de sangre desde su origen como nación, entonces el tratamiento tiene que ser diferente. Lo que rescato de Bukele, es el sentido de autoridad y el no premio al crimen, eso es sentido común. Lo que rescato de Milei es el achicamiento de un Estado agigantado, macro encefálico, gastón y que no le deja un céntimo a las regiones. Ese que se encarga es de vender populismo, sin importar el gobierno que sea, incentivando subsidios y no generando realmente prosperidad a largo plazo. Yo creo que el único presidente que nos dejó real prosperidad fue Álvaro Uribe. Me gusta de Bukele, el recuperar el sentido de autoridad, me gusta de Milei enseñar economía, cuando es más fácil de lo que uno cree, pero la convierten, por ejemplo, los progres en Colombia, en un sistema estatizante donde los únicos que van a ser ricos son sus políticos y los “empresaurios” que son los contratistas del Estado.
En esta entrevista usted lo confirma, es provocadora, pero también ha sido negacionista del cambio climático, incluso de la autenticidad de la masacre de las bananeras. ¿Qué más cabe dentro de su revisionismo?
No es una tesis la masacre de las bananeras. Es un mito creado por la narrativa de izquierda y los incautos que le compran toda la basura. Eso es como el mito fundacional de las Farc, que se autodenominan defensoras del pueblo y a la gente se le olvidó cómo se inauguró ‘Tirofijo’. ¿Usted sabe cómo se inauguró ‘Tirofijo’?
Pues la historia dice que fue un campesino que se desplazó con unas gallinas y unos marranos a Marquetalia.
Cuando usted habla de un hecho lo tiene que verificar y comprobar, de resto es mito y el mito es la esencia de la izquierda. Si no viviera de mitos y de propaganda, lo único que tiene es muertos para mostrar. ‘Tirofijo’ se inauguró con la masacre en Inzá, Cauca, un pueblito donde no tuvo ningún reparo en matar a las monjas, a los sacerdotes, a los policías. Completó 16 muertos en su inauguración. Termina ganándose el mote de ‘Tirofijo’ porque le mete en el entrecejo, un tiro al alcalde del pueblo. Eso, además, es una forma de realismo mágico de García Márquez que también tenía un propósito que era la avanzada comunista literaria en América Latina. El dejó mucho por contarnos. ¿Por qué escapa de Colombia? Dice que lo iban a matar, que lo iban a meter preso, estaba el gobierno de Turbay. ¿Por qué huye de Nueva York? ¿Lo tenían identificado?, no sabemos, pero el hecho es que García Márquez sí jugó como avanzada de absoluta izquierda y fue un alfil del gobierno de los Castro
Hay un artículo muy bueno de Armando Valladares, sobreviviente a las cárceles de Fidel Castro, más de 20 años, junto a Gutiérrez Menoyo y con Huber Matos. El escribe un artículo fantástico que se llama Gabo el chivato de los Castro, y ahí cuenta cómo la gente iba a rogarle para huir de La Habana y lo que hacía García Márquez era entregarlo a la policía política cubana. Yo muestro el mundo al revés y eso es polémico.
¿Y por qué cree que no existe el cambio climático?
Es que hay que oír a los científicos.
Pero precisamente ellos son los que nos están alertando.
Yo le presento a los que dicen exactamente lo contrario. ¿Usted se acuerda que hace 25 años nos decían que la capa de ozono iba a abrir un boquete tan grande que nos iba a quemar a todos? Esa explicación se esfumó del imaginario. Ni tanto que queme al santo ni tampoco que no lo alumbre. O usted usa los recursos naturales para ciencia y tecnología, generando una compensación ambiental, o sencillamente vivamos en taparrabos.
Usted se enfrentará probablemente en una candidatura con la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, ¿le gusta su estilo?
El estilo de Claudia es tener una lengua tan viperina y tan larga que acaba con el buen nombre de cualquiera de sus adversarios. El estilo de Claudia es la bipolaridad, que parece psiquiátrica. Ella un día dice una cosa y al otro día dice la otra. Conclusión, todo lo que denigró y toda su estrategia publicitaria para destruir el gobierno de Álvaro Uribe para ser senadora y todo lo que hizo para ser alcaldesa. ¿Qué nos entrega?, una ciudad con unos índices de criminalidad desbordados, una ciudad empobrecida. ¿Será que en este país vamos a tener la misma mala memoria que con Petro, que acabó la salud y la contratación pública cada vez que persiguió privados? Destruyó la recolección de basuras y ahora es el genio revolucionario del cambio. Estos países de América Latina parece que tuvieran que vivir las tragedias para que recordaran que por ahí no es.
¿Su aspiración será como lo fue en el pasado con el Centro Democrático? ¿Se va a someter a una precandidatura?
Con el Centro Democrático siempre y cuando sea una consulta amplia y abierta. Creo que aquí nadie aceptaría que se usara una encuesta rara, que es la fórmula que usa este partido. Nadie quedó satisfecho ni con Iván Duque ni con Óscar Iván Zuluaga. El partido tiene que reconocer la voluntad popular. Claro que quiero estar en mi partido, porque yo lo ayudé a crear, y sería muy triste no hacerlo, pero yo quiero transparencia y claridad.
¿Cómo entregará Petro al país el 7 agosto del 2026?
Quebrado como lo entregó Massa en Argentina, con unas diferencias muy grandes por los niveles de violencia de Colombia, que no los tiene Argentina. Va a ser una economía deshecha, un país sin estímulo y lleno de violencia.
