Por primera vez desde su renuncia a la dirección de Planeación Nacional, Jorge Iván González ha compartido sus reflexiones en una columna en el diario La República. Columna de González en La República
En su análisis, González abordó la tensión entre la validez del discurso y la facticidad de su ejecución, una problemática que, según mencionó, ha sido estudiada por Habermas y es inherente a todas las sociedades democráticas. Reconoció la validez intrínseca del discurso del gobierno Petro, destacando su mensaje novedoso y transformador que resonó en las urnas.
"Por su misma naturaleza, el discurso es transformador. Y este es el gran mérito de la lógica argumentativa del presidente. La fuerza de estos mensajes se expresó en las urnas".
Sin embargo, el exdirector del DNP señaló una brecha significativa entre el discurso y la acción concreta del gobierno. Afirmó que, si bien el discurso es poderoso y movilizador, la puesta en práctica de las ideas requiere de la facticidad, la cual el Plan de Desarrollo no logra alcanzar completamente. González indicó que la inversión propuesta en el plan plurianual se queda corta frente a los ideales del discurso, generando desesperanzas y frustraciones entre los electores.
"Es la angustia, que en mayor o menor medida, sienten todos los gobernantes. Las limitaciones intrínsecas alimentan desesperanzas, y generan frustraciones", expresó González en su columna.
Además, González destacó las limitaciones intrínsecas que enfrentan los gobernantes, tanto institucionales como sociales, económicas, jurídicas y políticas, que pueden alimentar desesperanzas y generar frustraciones entre los electores. Criticó la negación de los hechos fácticos por parte del gobierno y mencionó que, a pesar de los alcances limitados, el plan de desarrollo propone cambios estructurales profundos que podrían transformar el país.
Finalmente, González reveló que la tensión entre facticidad y validez se volvió insalvable durante su gestión en Planeación Nacional, lo que llevó a su renuncia. La absolutización del discurso y la falta de reconocimiento de la complejidad en su realización práctica fueron determinantes en su decisión de dejar el cargo.
