La discusión entre el presidente Petro y el expresidente Uribe comenzó por la reforma laboral, que contempla cambios como la ampliación del recargo nocturno desde las 7:00 p. m. en lugar de las 9:00 p. m. Uribe afirmó que este cambio afectaría a los empresarios, señalando que “una pizzería que opera hasta la medianoche pagará más en recargos, lo que será insostenible para muchos emprendedores”.
El exmandatario también criticó la propuesta de incrementar al 100% el recargo por trabajo en días festivos, comparando a Colombia con otros países de la región. “Colombia tiene 18 festivos al año; Brasil, 10; Ecuador, 11; Chile, donde hay 19, solo aplica un recargo del 30%”, expresó Uribe, advirtiendo que los costos para los empleadores serían excesivos.
Petro respondió acusando a Uribe de perjudicar históricamente a los trabajadores. En sus declaraciones, afirmó que el expresidente tuvo conflictos laborales en una de sus haciendas, los cuales “terminaron en la muerte de muchos”. Además, el presidente aseguró que “el capitalismo salvaje del siglo XIX ya no es viable en el mundo” y calificó a Uribe como “enemigo de los trabajadores”.
Uribe rechazó las acusaciones de Petro, defendiendo su trayectoria empresarial. Aseguró que durante su gestión en la Hacienda San Cipriano, los ataques de la guerrilla afectaron la producción de panela, lo que lo llevó a entregar la propiedad a los trabajadores. “Respete, presidente Petro, que mientras usted delinquía, yo trabajaba”, respondió el exmandatario.
El presidente Petro insistió en que “matar revolucionarios por la espalda, a sangre fría y por simple odio, sí es delinquir”, invitando a Uribe a unirse a su “revolución de la equidad social y la democracia profunda”. Petro señaló que los empresarios deben cambiar la forma en que ven a sus trabajadores, indicando que “el hacendado que aún ve en sus trabajadores como esclavos negros no tiene futuro”.
Mientras tanto, la reforma laboral continúa avanzando en el Congreso, con cerca del 80% del proyecto ya aprobado en la Cámara de Representantes. Aunque la medida busca ampliar los derechos de los trabajadores formales, algunos expertos advierten que podría aumentar los costos para las empresas y mantener los niveles de informalidad y desempleo en el país.
