La Conferencia Episcopal de Colombia ha experimentado una renovación en su liderazgo durante la CXVII Asamblea Plenaria celebrada en Bogotá esta semana. Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, quien actualmente ocupa el cargo de arzobispo de Cartagena, fue designado como el nuevo presidente de esta institución eclesiástica.
La elección no se limitó únicamente al cargo de presidente. La Asamblea también designó a monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, como vicepresidente de la Conferencia Episcopal. Asimismo, monseñor Germán Medina Acosta, recientemente nombrado obispo de la Diócesis de Engativá, asumirá el rol de secretario general.
El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, nació el 21 de octubre de 1956 en Copacabana, localidad ubicada en el norte del valle de Aburrá, en el departamento de Antioquia. Su formación eclesiástica comenzó con su ingreso al Seminario Mayor de los Misioneros de la Consolata, donde inició su camino hacia el sacerdocio. Posteriormente, Múnera Correa completó el ciclo filosófico en el Seminario Arquidiocesano de Bogotá y realizó sus estudios teológicos en la prestigiosa Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá, sentando las bases de su educación religiosa.
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La trayectoria académica de Múnera Correa no se detuvo con su ordenación sacerdotal. Ya como sacerdote, continuó su formación obteniendo una Licenciatura en Misionología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
A lo largo de su ministerio, monseñor Múnera Correa ha desempeñado cargos como Vicerrector en el Seminario Internacional Instituto Misiones Consolata de Bravetta, en Roma, de 1983 a 1986. Posteriormente, ejerció como Vicario Parroquial y luego como Párroco en Loyangallani, en la diócesis de Marsabit, Kenia, entre 1988 y 1992. A partir de 1993, asumió el cargo de Rector del Seminario Internacional Instituto Misiones Consolata en Bogotá. Paralelamente, desde junio de 1996 hasta 1998, cumplió el oficio de Vice-Superior Regional del IMC en Colombia, demostrando su capacidad para asumir responsabilidades de liderazgo a nivel nacional dentro de su orden religiosa.