Una nueva denuncia se suma a las presuntas irregularidades que se estarían cometiendo dentro de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) en tema de jurisdicción agraria, entrega de tierras, contratación y experiencia de personal. Todo esto tras la llegada de Felipe Harman como director de la entidad.
El pasado miércoles 28 de agostro, en Revista Alternativa, se realizó la denuncia de una presunta obstrucción por parte de la ANT en la entrega de tierras a asociaciones de campesinos, indígenas y comunidad afro de diferentes partes del país. Antonio Mártinez, un líder social y víctima del conflicto armado, reveló que la ANT, lleva más de 8 meses prometiéndoles la entrega de un predio que, aunque se firmen compromisos y actas, nunca se da.
Son cinco las ocasiones en las que han estado a punto de entregarles los terrenos en diferentes lugares como Puerto López, Puerto Salgar, Guaduas, o en partes de Antioquia. Sin embargo, en la mayoría de casos, los han hecho ir hasta el terreno para realizar la entrega, y cuando ya se está en el lugar, funcionarios de la ANT afirman que o el predio ya se vendió, o que el predio no era el adecuado o los llevan a un predio diferente.
Tras las denuncias de Martínez en Revista Alternativa, el director de la entidad, Harman, decidió obstaculizar la entrega de un terreno que ya se había comprado y que ya les habían prometido a como de lugar. Se trata de una casa rural en Pandi, Cundinamarca, la cual iba a ser ocupada por esta asociación de campesinos para convertirla en un terreno de proyectos productivos con el fin de autosostenerse. La organización de campesinos ya tiene estructurado todo un plan para, con convenios con universidades, enseñar agricultura en el sitio y así generar acciones colectivas.
“Por la denuncia que hicimos, el doctor Juan Felipe Harman trancó la entrega de los predios que se iban a entregar, hoy, 2 de septiembre. Todo porque hicimos las denuncias ante los medios. Este director no es un hombre humanitario. Los funcionarios de Cundinamarca tienen una espinita con nostros porque no dejamos que él hiciera lo que le pegara en gana.”, precisó Martínez.
Además, para la entrega de estas tierras, la asociación se endeudó en casi dos millones de pesos para ir al lugar a ver el terreno y para comprar todos los implementos de sus proyectos. “Es una humillación al campesinado colombiano y a las víctimas del conflicto armado”, finalizó Martínez.
