Lo dice María Corina Machado y coincide con ella otro líder opositor venezolano, Antonio Ledezma. Ambos ven mal las conversaciones de la oposición con Maduro en México y lanzan alertas a Colombia.
Por Moisés Sánchez
Periodista
Venezuela vuelve a la palestra pública debido al diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y parte de los partidos de oposición de ese país, agrupados en la Plataforma Unitaria, quienes buscan, en un nuevo intento, destrabar la compleja situación política y lograr una salida a la crisis.
Este nuevo espacio de negociaciones, liderado desde la oposición por quien es reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, ha encontrado en la parte más conservadora de esa facción la crítica más férrea.
Según líderes políticos como María Corina Machado y Antonio Ledezma, es imposible dialogar con una “banda de criminales”. Ambos coinciden en que Venezuela es un Estado fallido.
Machado parece ser uno de los líderes venezolanos que ajusta sus actuaciones en consonancia con sus opiniones políticas. La exdiputada se enfrentó al entonces presidente Hugo Chávez en la Asamblea Nacional y le gritó que era un ladrón, debido a las expropiaciones que adelantaba el mandatario en el año 2012. Continúa hoy enfrentándose al chavismo, pero también a la oposición que, considera, le hace el juego al régimen y no permite que exista una salida real a la crisis.
Machado ve con demasiado escepticismo los diálogos que se desarrollan en México y asegura que de allí no saldrá nada bueno para Venezuela. Compara la realidad venezolana con lo que llama “la historia de un secuestro. Un secuestro prolongado, con rehenes; perpetrado por criminales terroristas. (…) y si no se les trata como lo que son –criminales, terroristas– entonces, una y otra vez, los resultados van a ser los mismos”, agrega.
Señala también la líder política que no es la primera vez que el régimen plantea un diálogo como el que hay en México. “Este es el diálogo número 14, y cada vez los resultados han sido nefastos para nosotros; debo decir que también para toda la región de América Latina, que está amenazada y afectada por esta situación de secuestro y ocupación que hay en mi país”.
Con el diálogo Maduro gana tiempo
A juicio de Antonio Ledezma, exalcalde Metropolitano de Caracas, exiliado en España, este nuevo intento de diálogo no es más que un medio para oxigenar a la dictadura venezolana. Ledezma asegura que “estos delincuentes simplemente usan el mecanismo del diálogo como un ardid para ganar tiempo. Lo hizo Chávez en una oportunidad (…) y desde entonces hemos tenido una retahíla de mecanismos de esta naturaleza que han terminado en fracaso o en decepciones”.
Parece ser que cada vez que Venezuela se enfrenta a un proceso electoral, Maduro hace llamados al diálogo y al entendimiento nacional como una forma de buscar reconocimiento internacional. Esta dinámica del régimen consigue que la oposición se divida y no logre acuerdos concretos en si participa, o no, en esas nuevas conversaciones. Si algo sabe hacer el chavismo de Maduro es dividir a la oposición.
Así es como llega la propuesta de diálogo con sede en México y con Noruega como mediador. Allí, el oficialismo y la oposición firmaron, el pasado mes de agosto, un memorándum de entendimiento en el cual plantean siete puntos en la agenda de discusión. La oposición pide, entre otras cosas, garantías electorales para todos y un cronograma electoral para elecciones observables; mientras que el chavismo aboga por el levantamiento de las sanciones y por poder recuperar el control de los activos que posee el país en el extranjero.
Para la exdiputada y coordinadora del partido político Vente Venezuela, Maduro ya consiguió lo que quería de México debido que, al participar de los comicios del 21 de noviembre donde se prevé elegir 23 gobernadores y 335 alcaldes, ese sector de la oposición está reconociendo a las instituciones chavistas como legítimas y, por ende, reconoce a Maduro como el presidente constitucional del país.
Participar en elecciones dejaría mal parada a la comunidad internacional que apoyó a Juan Guaidó, el 23 de enero de 2019, cuando este se proclamó presidente interino de la nación sudamericana.
Para Machado y Ledezma la actuación de la oposición debería ser la de mantener el llamado a la abstención, como pasó en 2018 con las elecciones presidenciales que llevaron al desconocimiento de Maduro como jefe de una democracia, demostrando así su carácter autoritario y dictatorial. Ledezma califica este tipo de comportamiento cívico como “abstenciones útiles”.
Tanto esos comicios como los de la Asamblea Nacional en 2019, donde el chavismo volvió a ser mayoría en el Parlamento, contaron con la abstención de la unidad opositora, y el mundo democrático sigue reconociendo a la directiva que preside Guaidó en la Cámara, como la única institución legítima en el país.
Para María Corina “el voto en Venezuela no elige. El pueblo sufre constantes amenazas por parte del régimen y lo que ocurrirá en estas elecciones regionales es la asignación de cuotas o espacios previamente acordados, puesto que es un sistema fraudulento (…) sumergido en un esquema de terror absoluto”.
La crisis en Venezuela es, pues, una encrucijada en la que parece no haber salidas posibles. Ledezma, sin embargo, plantea que la oposición debe volver a la unidad y “generar una gran presión para que haya elecciones libres. Porque lo otro [el diálogo en México] es prestarse a un circo que solamente sirve para legitimar a Nicolás Maduro”, agrega.
‘Solos no podemos’
Machado y Ledezma, la una desde Venezuela y el otro desde España, abogan constantemente porque la comunidad internacional entienda que Venezuela no puede salir sola de la coyuntura política. Ambos piden más presión contra el régimen de Maduro.
Si algo puede esperar Ledezma de los encuentros en México es que “la comunidad internacional entienda que los venezolanos solos no podremos, porque estamos luchando con una mafia feroz, contra una corporación criminal”, enfatiza.
En esa misma línea se expresa Machado: “¿Creen ustedes –se pregunta– que los venezolanos solos podemos hacer que estas influencias que soportan esta estructura criminal, que es el régimen de Nicolás Maduro, se paren, se interrumpan? Obviamente no –se responde–. Y ese es el rol que tienen que jugar [las naciones del mundo]. Ya no es un tema solo humanitario, sino de solidaridad. Es que en Venezuela se está configurando un conflicto armado que se va a expandir por el resto de la región y desestabilizará a otros países”.
Machado es vista como una activista política que pide intervención internacional; ella ha explicado que no es un llamado a la invasión del país, sino, más bien, una política de máxima presión que permita aislar al régimen cada día un poco más.
Solicita, concretamente, que las grandes potencias que han sancionado a funcionarios y a empresas del régimen rompan los vínculos de financiamiento que mantienen estable a la tiranía madurista. Así mismo, que corten el suministro de armas y bloqueen las comunicaciones para aislar a quienes ella llama los secuestradores.
‘Existe un riesgo inminente [de ganar la izquierda] de que Colombia caiga también como rehén en este sistema criminal’. María Corina Machado
El diálogo y las sanciones
El régimen de Maduro está representado en México por una comisión encabezada por el diputado y presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez. Estos representantes de la mesa de negociación van al diálogo con un objetivo claro: que se levanten las sanciones contra Venezuela.
Maduro y sus enviados argumentan que la causa de la grave crisis social y económica que atraviesa el país se debe a las sanciones que les ha impuesto Estados Unidos y la Unión Europea.
Pero Machado y Ledezma contraargumentan que el profundo caos económico no se debe a dichas sanciones, sino al desfalco que el chavismo ha hecho a las arcas públicas en 22 años de revolución.
Ledezma precisa que “es absolutamente falso que la tragedia que padecemos los venezolanos sea consecuencia de las sanciones. Que no venga Maduro a decir que no hay gasolina por culpa de las sanciones. Si además de acabar con la industria petrolera y las refinerías, comenzaron a regalar petróleo. O, ¿es que nos olvidamos de que diariamente se le enviaba a Cuba miles de barriles diarios? –se cuestiona–”.
En palabras de Ledezma, el socialismo del siglo XXI, ideología difundida por Chávez y seguida por Maduro, convirtió los cimientos de una nación rica, con las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, en ruinas. Chávez, en su momento, y Maduro (en la actualidad) aplicaron “el autoritarismo y el intervencionismo” como política nacional, llevando al país a niveles de pobreza nunca antes registrados, aun cuando la renta petrolera superó niveles históricos.
El exalcalde de Caracas arguye que “la causa de la tragedia es que este régimen acabó con las instituciones públicas de Venezuela, desmanteló, destruyó, arruinó y colapsó todo este emporio que se había construido en la democracia venezolana. Lo que hay que decirle a la opinión pública mundial –continúa Ledezma– es que las sanciones son contra quienes han cometido crímenes de lesa humanidad. Son contra una banda de corruptos que se robaron los miles de millones de dólares que eran para invertir en el país”.
María Corina, por su parte, ve en el petitorio del levantamiento de las sanciones una oportunidad de negocios para “ciertos grupos” de poder en Venezuela. Cree, también, que con la llegada a Estados Unidos de la administración de Joe Biden, la presión contra Maduro y su entorno disminuyó, aunque agradece que las sanciones no han sido retiradas y continúan restringiendo la libertad de “estos criminales”.
Los extraditables
Ambos líderes políticos siguen de cerca el caso de Alex Saab, acusado de ser el testaferro de Maduro, a quien el régimen nombró negociador en los diálogos en México y cuya extradición desde Cabo Verde a Estados Unidos está en curso. Y, también, la captura en España de Hugo “el pollo” Carvajal, buscado por narcotráfico y lavado de dinero. Este último amasó una gran fortuna durante la presidencia de Chávez y en los primeros años del Gobierno de Maduro.
De ser llevados estos personajes ante la justicia norteamericana, Machado ve una señal clara para que otros miembros “de la estructura criminal” entiendan que no hay donde esconderse, y que, por lo tanto, los culpables serán condenados. “Sin lugar a dudas, [Saab] tiene muchísima información, no solo sobre las figuras obvias del régimen, sino también sobre personas en otros sectores de la sociedad venezolana”.
De alias “el pollo” Carvajal, Ledezma señala lo que este personaje representa para el Gobierno de Maduro: “Un dolor de cabeza. Porque Carvajal es un archivo ambulante lleno de expedientes. Tiene que saber cómo fueron las operaciones de cooperación entre el régimen de Chávez y Maduro con Irán, con Rusia, por ejemplo. Cómo son las relaciones de apoyo financiero a los grupos políticos que forman parte del Foro de San Pablo. Se dice que tiene información sobre cómo era el entramado del narcotráfico entre las Farc, el ELN y el llamado Cartel de los Soles”.
‘La captura del “pollo” Carvajal es un dolor de cabeza para Maduro (…). Se dice que tiene información sobre cómo era el entramado del narcotráfico entre las Farc, el ELN y el llamado Cartel de los Soles’ – Antonio Ledezma
Colombia, en la mira de la izquierda latinoamericana
Colombia es uno de los países del continente más críticos contra la dictadura a la que está sometida su vecino. Ha encabezado, con el presidente Iván Duque, cruzadas por la libertad del país y el restablecimiento pleno de la democracia.
Se ha visto afectada por la migración venezolana, cuyas cifras registra la Organización de Naciones Unidas en más de seis millones de ciudadanos que han tenido que huir de su país por la crisis, de los cuales casi dos millones están radicados en territorio colombiano.
En vísperas de un proceso electoral, en el que los colombianos tienen la oportunidad de elegir un nuevo Gobierno, surge el temor de que la izquierda sea favorecida en los comicios y vaya en la misma dirección que Venezuela.
Ledezma envía un claro mensaje a los colombianos invitándolos a mirarse en el espejo venezolano. Asegura que el mensaje de la izquierda es el mismo, un discurso en el que le dicen al pueblo que “van a tocar el cielo con las manos, que acabarán con la corrupción, (…) y ahora tienen al pueblo quemándose las manos en una paila infernal”.
Como Venezuela se ha convertido en territorio donde el narcotráfico y los grupos irregulares van a sus anchas, el exalcalde de Caracas invita al futuro Gobierno a trabajar para “apagar esas fogatas [de las guerrillas en ambos territorios], no con falsos diálogos, como el que hubo en La Habana, ni como el que moderó Noruega. Cuidado, colombianos, están a tiempo de no sufrir nuestro mismo destino”, alerta.
En la analogía del secuestro que la coordinadora del partido político Vente Venezuela hace de su país, invita a deslegitimar y desestabilizar a los criminales; puesto que existe un riesgo inminente [de ganar la izquierda] de que Colombia “caiga también como rehén en este sistema criminal”.
Colombia está en la mira, como ya ocurrió en Perú, lo que está pasando en Chile, lo que sucede en Bolivia, lo que podría ocurrir en Brasil. Es decir, esto es un complejo sistema criminal adaptativo y su naturaleza es expansiva. No se puede controlar dentro de las fronteras de Venezuela. Por lo tanto, representa una amenaza real, un peligro real a la seguridad hemisférica, incluyendo a Estados Unidos”, concluye.