Tras varias horas de negociaciones intensas, la Casa Blanca anunció que Gustavo Petro aceptó los términos propuestos por el presidente Donald Trump en relación con la deportación de colombianos desde Estados Unidos. El acuerdo incluye la aceptación sin restricciones de todos los ciudadanos colombianos que sean deportados desde el territorio estadounidense, quienes podrán ser trasladados incluso en aeronaves militares de EE. UU. y sin limitaciones ni demoras adicionales.
Según un comunicado de la Casa Blanca, la aplicación de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (Ieepa) se mantendrá en reserva y no se firmará, siempre y cuando Colombia cumpla con los términos acordados. De lo contrario, las sanciones, incluidas las restricciones económicas y las inspecciones más estrictas en aduanas, podrían activarse.
“Las sanciones de visas emitidas por el Departamento de Estado y las inspecciones mejoradas de Aduanas y Protección Fronteriza permanecerán en vigor hasta que se devuelva con éxito el primer avión cargado de deportados colombianos”, indicó el gobierno estadounidense.
A pesar de la presión de las medidas anunciadas, que incluyeron la suspensión de visados y la imposición de aranceles, la administración de Trump subrayó que el acuerdo marca un “hito en la política migratoria”entre ambos países. El gobierno estadounidense señaló que, a partir de este acuerdo, Estados Unidos reafirma su postura sobre la migración ilegal y espera que otras naciones cooperen plenamente con la deportación de sus ciudadanos que se encuentran ilegalmente en su territorio.
El canciller colombiano Luis Gilberto Murillo destacó que el acuerdo permitió superar el “impasse” en las relaciones bilaterales. En este contexto, Murillo anunció que viajará a Washington en los próximos días para sostener reuniones de alto nivel con funcionarios estadounidenses y seguir con el seguimiento de los acuerdos alcanzados. El viaje será acompañado por el embajador de Colombia en EE.UU., Daniel García-Peña.
En cuanto al tratamiento de los colombianos deportados, el Gobierno de Colombia se comprometió a garantizar “las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos” a aquellos que regresen al país.
El conflicto bilateral se originó porque Petro autorizó el vuelo con deportados, como se aprueban cientos cada año, pero después que ya las aeronaves estaban en el aire rechazó la llegada, que en el caso de Colombia eran los dos primeros vuelos del programa implementado desde el jueves 23 de enero para deportaciones masivas de connacionales con antecedentes y/o indocumentados en Estados Unidos.
En cuanto a la suspensión de visas en la Embajada en Bogotá se mantendría hasta que Petro cumpla su palabra. El país norteamericano espera confirmar para retirar la medida.
A pesar de que se resolvió la tensión, la actitud del mandatario colombiano frente Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia e históricamente un aliado estratégico, deja una herida en las relaciones.
Se trata de un episodio que no se había vivido nunca en las relaciones bilaterales. Los expertos resaltan que un momento crítico fue, pero mucho menor a lo presentado el domingo 26 de enero de 2025, lo ocurrido cuando se le anuló la visa a Ernesto Samper y algunas acciones adicionales a nivel particular, el jueves 11 de julio de 1996, por los señalamientos de vínculos con el narcotráfico del entonces presidente de Colombia, cuya campaña habría recibido financiamiento del cartel de Cali, entre otros señalamientos.
