Desde el Comando Aéreo de Mantenimiento, el presidente Gustavo Petro confirmó la decisión de adquirir una nueva flota de aviones de combate para sustituir los modelos Kfir, en servicio desde hace más de cinco décadas. Según Petro, la compra responde a la necesidad de modernizar las capacidades de la Fuerza Aeroespacial Colombiana ante el envejecimiento de la flota actual.
El mandatario colombiano aseguró que esta adquisición se ha planificado de forma que no afecte el presupuesto fiscal a corto plazo. “La nueva flota de aviones [...] no va a causar un impacto fiscal para este año, ni para el año entrante, ni para el que sigue”, declaró Petro. Según sus palabras, esta medida se ha enmarcado en el plan financiero de mediano plazo del país, contemplando su sostenibilidad económica.
Durante su intervención, el presidente también explicó que se han negociado años de gracia para facilitar el pago de los aviones, lo que evitará presionar aún más la actual crisis fiscal de Colombia. “Es a precios justos y con las mejores condiciones fiscales para Colombia”, afirmó. Sin embargo, el presidente no especificó el origen de las aeronaves ni la empresa encargada de la venta.
Petro no confirmó si la compra será con la compañía sueca Saab, fabricante de los aviones Gripen, pero adelantó que la operación incluirá un componente ‘offset’. Esta modalidad de compra implica que el proveedor ofrezca un servicio adicional en contrapartida por la compra de los aviones, lo que busca equilibrar el impacto de la inversión en tecnología bélica.
El presidente hizo hincapié en la importancia de mantener una política de diversidad en la adquisición de armamento, comentando que “no podemos depender de un solo proveedor de armas hoy en el mundo”. Esta declaración alude a la estrategia geopolítica de Colombia en el actual contexto internacional y su interés por explorar diferentes opciones en el mercado de defensa.
Además, Petro manifestó su expectativa de que esta compra incluya beneficios adicionales para Colombia en ámbitos distintos a la defensa, como la paz. “A eso se le ha llamado el offset [...] que el país y la empresa constructora [...] puede ofrecerle a Colombia que no es de guerra, sino [...] en materia de paz”, expresó el presidente.