La cumbre mundial de biodiversidad COP 16 ha centrado la atención del país en los días recientes por tratarse de un evento internacional destacado, el cual ha contado con el patrocinio y necesario respaldo del gobierno nacional. Pero más allá de los actos en pro del ambiente está lo político y diplomático, por lo tanto, ha servido para muchos temas, entre ellos el relacionamiento, porque hay varias personalidades globales en agenda.
Uno de los invitados especiales era el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva, quien se identifica con la agenda climática y es aliado ideológicamente del presidente Gustavo Petro, sin embargo, el jefe de Estado brasilero no podría asistir por recomendación médica, según comunicado oficial.
Ese incumplimiento de Lula no pasó desapercibido por Petro, quien discretamente no ocultó su inconformidad por el desplante. “Se han reunido los pueblos y los gobernantes no fueron. Ni si quiera Lula me acompañó”, declaró el mandatario nacional.
La expresión de Petro no pasó desapercibida, porque fue en la vigésima segunda Conferencia Iberoamericana de ministros del Trabajo, es decir, un escenario con personalidades de varios países donde cualquier aparte del discurso en temas de relaciones internacionales iba a ser analizado.
Sin mayores disputas el presidente quiso dejar sentado públicamente su disgusto, pero algunos críticos en redes sociales y líderes de opinión han hilado más delgado hablando de la posibilidad de que algunos líderes de izquierda no se sientan tan identificados con Petro como se cree.