El presidente Gustavo Petro ha introducido en el debate político colombiano la propuesta de convocar un "poder constituyente" como mecanismo para implementar las reformas prometidas durante su campaña. Esta iniciativa ha suscitado discusiones y cuestionamientos sobre su significado y posibles implicaciones para el sistema democrático del país.
El concepto de "poder constituyente", central en esta propuesta, tiene diversas interpretaciones teóricas que coinciden en definirlo como la capacidad del pueblo para establecer un nuevo orden político y jurídico, fundamentado en la soberanía popular y el principio de mayorías.
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Entre las diferentes concepciones del poder constituyente, destaca la visión radical propuesta por Tony Negri. Esta perspectiva plantea la creación de un poder que resista la asimilación institucional y se mantenga en un estado constante de transformación. Negri y sus seguidores proponen un proceso constituyente permanente, en contraste con la visión democrática tradicional que sitúa la soberanía en el pueblo a través de mecanismos de mayoría. Cabe resaltar que este es uno de los autores de preferencia del presidente de la república ya que Negri es un filósofo de ala izquerdista.
La teoría de la democracia liberal establece una distinción clara entre el poder constituyente y el poder constituido. Según este enfoque, el pueblo, actuando como poder soberano, ejerce el poder constituyente al elaborar la Constitución y crear los poderes constituidos (ejecutivo, legislativo y judicial). Una vez que este proceso se completa, el poder constituyente se considera agotado, y el poder constituido toma el relevo en la gestión del Estado.
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Por otro lado, la teoría revolucionaria, aunque también reconoce la soberanía popular, propone una visión diferente del poder constituyente. Esta perspectiva argumenta que el poder constituyente es un proceso continuo y permanente, que no se agota con la creación de la Constitución o el ejercicio del voto. Según esta teoría, el poder constituyente está en constante actividad, generando nuevas respuestas ante el estancamiento o la negación del poder constituido, con el objetivo de impulsar reformas democráticas o sociales respaldadas por la mayoría del pueblo.
El debate sobre el poder constituyente en Colombia refleja estas diferentes perspectivas teóricas y plantea interrogantes sobre cómo se puede implementar en la práctica política.