La polémica entre el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el presidente Gustavo Petro se intensificó el martes 6 de agosto en redes sociales. El debate se centró en los retrasos y sobrecostos del proyecto de TransMilenio por la Avenida 68, una de las principales arterias viales de la capital colombiana.
El presidente Petro inició el intercambio a través de su cuenta en la plataforma X declarando que "la nación no puede sufragar los sobrecostos de las troncales de TransMilenio de Bogotá". En su mensaje, Petro propuso una transformación radical de la infraestructura de transporte de la ciudad, sugiriendo reemplazar los actuales sistemas BRT (Bus Rapid Transit) de un solo carril a diésel por sistemas de tranvías que se integrarían con el entorno urbano.
La respuesta del alcalde Galán no se hizo esperar. Utilizando la misma red social, cuestionó la viabilidad y el tiempo necesario para implementar el programa propuesto por Petro. "Presidente, ¿sabe qué se demora más que la obra de la 68 (obra que recibimos con retrasos y sobrecostos y que estamos resolviendo para poner en servicio)? Suspender todas las obras de Bogotá a la espera de un hipotético programa sin estudios, que se puede tomar, fácilmente, 8 a 10 años", escribió Galán.
Los retrasos en el proyecto de TransMilenio por la Avenida 68 han generado sobrecostos significativos. Orlando Molano, director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), informó que los nueve grupos de obra del proyecto presentan diversos retrasos, lo que ha obligado a la administración distrital a aprobar nuevas prórrogas, algunas de hasta 26 meses, para concluir las obras.
Según Molano, estos retrasos, que se originaron durante la administración de la exalcaldesa Claudia López, podrían costar aproximadamente 500 mil millones de pesos adicionales. Esta suma tendría que ser cubierta por la Alcaldía Distrital, aumentando la presión sobre las finanzas de la ciudad.
El director del IDU también alertó que los contratistas han solicitado extensiones que podrían prolongar los trabajos hasta el año 2028. Esta situación incrementa la incertidumbre sobre la finalización del proyecto y sus costos finales.
