En un comunicado emitido por la delegación de diálogos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), se anunció la suspensión indefinida de las conversaciones entre la guerrilla y el Gobierno nacional. La decisión se tomó debido a la persistencia del Gobierno en adelantar operaciones de desmovilización en Nariño en contra del ELN, lo que según la guerrilla, contradice los principios de "juego limpio y buena fe" que deben regir las conversaciones de paz.
La suspensión de los diálogos se produce luego de la última reunión celebrada en La Habana el 26 de febrero, donde la guerrilla notificó al Gobierno sobre su decisión de pausar la mesa de diálogos debido a las acciones en Nariño. Durante el mes de marzo, las decisiones del Gobierno continuaron alimentando la desconfianza del ELN, que considera que el Gobierno sigue promoviendo la desmovilización en Nariño mientras participa en las conversaciones de paz.
Este congelamiento de la mesa de diálogos ha resultado en la suspensión del ciclo de conversaciones previsto para el mes de abril. La guerrilla ha expresado su preocupación por las acciones del Gobierno, que consideran contrarias al proceso de paz y han optado por detener las negociaciones hasta que se resuelvan estas discrepancias.