El presidente Gustavo Petro había anticipado que un informe clave influiría en las decisiones sobre el futuro del proyecto de metro subterráneo en Bogotá. Sin embargo, el estudio encargado por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) a la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y que tuvo un costo de 8.300 millones de pesos, ha arrojado resultados contradictorios.
El informe, divulgado por el concejal de Bogotá Julián Rodríguez Sastoque, revela una carencia de una conclusión definitiva sobre cuál sería el modelo más adecuado para el metro de Bogotá, ya sea un trazado elevado por la Avenida Caracas o un diseño subterráneo por la calle 13. Más bien, se presenta como un análisis exhaustivo de los documentos y estudios existentes, sin llegar a una determinación clara.
Una de las revelaciones más destacadas del informe contradice las afirmaciones previas del presidente Petro sobre la cantidad de estudios realizados durante su mandato en relación con el proyecto subterráneo. Según el análisis presentado, el proyecto subterráneo está considerablemente rezagado en comparación con la opción elevada por la Avenida Caracas, con la mayoría de los estudios aún en fases preliminares.
El detallado análisis abarca una amplia gama de aspectos, desde consideraciones técnicas y operativas hasta aspectos urbanísticos, ambientales, sociales y económicos. Se subraya la importancia de evaluar minuciosamente las implicaciones de cualquier modificación al proyecto actualmente en construcción, especialmente en términos de costos y cuestiones legales asociadas.
A pesar de las discrepancias entre los modelos propuestos, el informe ofrece alrededor de 40 recomendaciones que podrían ser cruciales para el desarrollo futuro del proyecto, destacando la necesidad de un análisis exhaustivo y un enfoque cuidadoso en la toma de decisiones.
